¿a favor o en contra?

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Hacer el amor a oscuras es una práctica que ha generado debates y opiniones encontradas entre hombres y mujeres. Algunos argumentan que esta preferencia está relacionada con la inseguridad y la preocupación por la apariencia física durante la intimidad. Por otro lado, otros defienden que la oscuridad puede fomentar una conexión más profunda y una mayor concentración en las sensaciones.

La preocupación femenina por la apariencia durante el sexo

Según un estudio realizado en Estados Unidos con 200 estudiantes universitarias de entre 18 y 21 años, aproximadamente un tercio de las mujeres se preocupa por su apariencia durante el acto sexual. Estas jóvenes temen no verse favorecidas o atractivas a los ojos de sus parejas, lo que les genera ansiedad y, en algunos casos, las lleva a evitar las relaciones íntimas.

Las principales inquietudes de estas mujeres se centran en problemas de peso o en la forma de ciertas partes de su cuerpo. Incluso aquellas que no tienen complejos físicos específicos pueden experimentar ansiedad al estar en la cama con un hombre. Esto se debe a un fenómeno conocido como «espectadorización», en el que la persona se distancia de la acción para evaluarse desde fuera.

La búsqueda de rendimiento sexual

El investigador Michael Wiederman, autor del estudio, señala que esta preocupación femenina por la apariencia durante el sexo es similar a la búsqueda de rendimiento que experimentan los hombres. Mientras ellos se enfocan en obtener y mantener una erección, así como en retrasar la eyaculación para que su pareja alcance el orgasmo, las mujeres se sienten presionadas a ser deseables y a excitar los deseos masculinos a través de su apariencia y seducción.

De hecho, Wiederman encontró que era casi imposible diferenciar entre la preocupación por la apariencia y la búsqueda de un buen desempeño sexual. Esto sugiere que, en nuestra cultura, ser un buen compañero sexual está estrechamente relacionado con ser físicamente atractivo.

Cómo influye la inseguridad en la vida sexual

Las mujeres que se sienten más preocupadas por su apariencia durante el sexo tienden a tener una vida sexual menos activa. Según el estudio, estas mujeres tienen menos relaciones sexuales regulares, practican menos sexo oral y aceptan menos el cunnilingus, y también presentan más dificultades para alcanzar el orgasmo.

Foto Freepik

Esta situación es similar a la de los hombres que sufren de ansiedad relacionada con el rendimiento sexual, ya que esto puede desencadenar problemas de erección y otras disfunciones. En ambos casos, la preocupación por no estar a la altura de las expectivas afecta negativamente la capacidad de disfrutar plenamente de la intimidad.

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Los responsables de esta ansiedad

Los investigadores señalan que los estándares de belleza impuestos por los medios de comunicación actuales son en gran parte responsables de esta ansiedad femenina. Muchas mujeres se sienten demasiado gordas o no se ven como los modelos idealizados que se presentan, lo que repercute en su vida sexual.

El investigador Wiederman también apunta a la posibilidad de que las críticas de la pareja contribuyan a esta inseguridad. Lamentablemente, algunos hombres pueden ser poco delicados al comentar la apariencia de sus compañeras, lo que las hace sentir aún más inseguras.

Superar la ansiedad: soluciones prácticas

Para ayudar a las mujeres a vencer esta ansiedad durante las relaciones íntimas, el investigador propone algunas soluciones prácticas. Para quienes prefieren hacer el amor en la oscuridad, sugiere una exposición gradual a la luz, comenzando con velas y aumentando la iluminación poco a poco.

Asimismo, para aquellas que se sienten incómodas con la desnudez frente a su pareja, recomienda iniciar con baños de espuma, disminuyendo gradualmente la cantidad de espuma hasta que se sientan más seguras.

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Veronica Pereira
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