En los últimos años, la costa de Quintana Roo, al sureste de México se ha visto amenazada por la disputa entre los carteles de Sinaloa, Zetas, del Golfo y Jalisco Nueva Generación (CJNG), principalmente por ser una de las puertas principales para la entrada de cocaína.
Bajo ese contexto, la Secretaría de Marina a través de la Armada de México, informó que, en días pasados, personal de la Novena Región Naval y la Décima Séptima Zona Naval, con sede en Isla Mujeres y Chetumal, Quintana Roo; aseguraron 153 bultos rectangulares con un peso aproximado de más de tres toneladas de polvo blanco con características similares a la cocaína, en costas del estado de Quintana Roo.
Según la información oficial, durante recorridos de patrullaje de vigilancia marítima y aérea, se procedió a efectuar una inspección de rutina a una embarcación menor, detectando en su interior 153 bultos rectangulares con un peso aproximado de más de tres toneladas de polvo blanco, con características similares a la cocaína y 18 bidones con hidrocarburo.
Derivado de lo anterior, personal naval realizó el aseguramiento de la embarcación menor, la carga ilícita y el hidrocarburo, así como de la puesta a disposición de los tres presuntos infractores de la ley, a quienes se les leyeron sus derechos humanos, a fin de integrar la carpeta de investigación correspondiente con las autoridades competentes.
Cabe destacar que la Marina y la Administración de Control de Drogas (DEA) han identificado desde el 2020, al menos tres rutas aéreas que inician en Ecuador y Venezuela, posteriormente se dirigen a Honduras, Belice y Guatemala, utilizadas por los Cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG) para transportar sustancias ilegales desde Sudamérica a través del Océano Pacífico y el Mar Caribe.
Además, se estima que la entidad es usada desde hace varios años por el narco, en los últimos años han incrementado los aterrizajes de vuelos con sustancias ilícitas y esto puede ser una estrategia para contrarrestar el endurecimiento de los controles fronterizos al sur de México, en los países de Centroamérica y por la presión del gobierno de Estados Unidos.
Las drogas que ingresan a Quintana Roo suelen terminar en territorio estadounidense. Aunque en ocasiones un porcentaje menor es enviado a Europa o se queda para consumo interno.
Al ser Quintana Roo un punto estratégico para el tráfico de estupefacientes vía aérea, la presencia criminal ha incrementado y lo mismo sucede con la violencia. Esto se debe a las disputas internas que mantienen grupos del narco independientes por el control de la entidad.
Incluso, la ola de violencia ha colocado a Quintana Roo en la mira del FBI, mientras las autoridades mexicanas aceptan la presencia cada vez mayor del crimen organizado en Quintana Roo.
Por ello, aunque Quintana Roo contribuye con 9% del PIB en la economía nacional, la industria hotelera ha advertido al gobierno federal que los destinos turísticos del estado penden de un hilo ante los altos niveles de violencia que lo han convertido en un campo de batalla.
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