Emma Olivares, María Elena Burgos y Elizabeth María Martínez no solo están unidas por sus lazos de sangre y la fe sino porque las tres comparten la dicha de la maternidad.
Emma de 88 años, la matriarca de la familia solo tuvo una hija María Elena de 61 años, pero ella no se quiso quedar con un hijo sino que se convirtió en madre de cinco hijos, uno de ella, Elizabeth María de 32 años, quien hace dos semanas dio a luz a su tercer hijo.
“Es una bendición muy grande ser madre, tener una familia y celebrar juntas”, dice Emma, quien nació en Denver, Colorado, de padres mexicanos que vinieron a trabajar a Estados Unidos bajo el programa Bracero.
“Mis padres tuvieron diez hijos, de los cuales sobrevivimos ocho. Cuando mi padre tuvo un accidente en la mina en la que trabajaba en Colorado, regresaron a México. Yo ya tenía diez años. Estuvimos viviendo en San Francisco del Rincón y luego nos fuimos a León, Guanajuato”.
En México, Emma dio a luz a su única hija, María Elena, a quien sacó adelante con muchos sacrificios ya que fue una mamá soltera.
“Siempre trabajé como secretaria bilingüe, hasta que me jubilé a los 58 años, que es cuando regresé a vivir a Estados Unidos”.
María Elena dice que su madre regresó al país que la vio nacer, porque ella ya estaba viviendo en Los Ángeles, ya que había venido a esta ciudad junto con su abuela materna a cuidar a una tía enferma.
“Le pedimos a mi mamá que se viniera. Acá estaba su mamá y todos sus hermanos; y se adaptó muy rápido a la vida en Estados Unidos, y empezó a trabajar como vendedora en la tienda Bullock’s”.
Cuenta además que al venir a este país, descubrió que podía obtener la residencia antes de los 21 años a través de una petición de su madre, que había nacido en Denver.
“Lo conseguí, pero también estudié contabilidad y administración, y conseguí trabajo en el Departamento de Luz y Agua de la ciudad de Los Ángeles, donde trabajé por 14 años”.
Por esos años, María Elena se unió al coro de la Iglesia Cristo Rey (Saint Christ the King) en el área de Rossmore de Los Ángeles.
“Mi esposo era parte del grupo de jóvenes. Aquí en la Iglesia de Cristo Rey nos conocimos. Aquí nos casamos, aquí bautizamos a nuestros cinco hijos, y dos de ellos aquí se han casado. Así que la Iglesia Cristo Rey es nuestra segunda casa. No salimos de aquí”, dice María Elena, quien luego de que se jubiló de su trabajo en el municipio, entró a trabajar como administradora de la Iglesia Cristo Rey, y es coordinadora de confirmación desde hace dos años.
En tanto, su esposo sirve como diácono de la Cristo Rey.
Hoy María Elena y su esposo llevan 34 años de casados y son padres de cinco años.
“Cuando compramos una casa, le pedimos a la abuela y a mi mamá que vinieran a vivir con nosotros. Lo que nos permitió cuidarlas y agradecerles lo mucho que habían hecho por nosotras. Es una experiencia muy bonita tenerlas en al casa, porque les transmites a tus hijos los valores familiares, y crecen conociendo a toda la familia”.
Al hacer una reflexión de lo que ha significado para ella, ser madre, dice que sus hijos son su bendición.
“Como fui hija única, siempre dije que quería tener muchos hijos. Dios me dio cinco, hubiera querido tener más. Es muy bonito, reunirlos. Mi momento más feliz es verlos juntos, felices y disfrutando”.
Añade que lo más valioso de ser madre es lograr que la familia permanezca unida.
“La fe nos ha ayudado mucho. Servimos de diferentes maneras en la iglesia; y estoy convencida de que la familia que reza unida, permanece unida”.
Elizabeth María, nieta de Emma e hija de María Elena, es mamá de tres niños, el más pequeño nació hace dos semanas.
“Ha sido algo especial, tener a mi abuelita cerca. También conviví con mi bisabuela, que vivió hasta los 95 años”, dice Elizabeth quien estudió desarrollo infantil y trabaja para el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD), y también es catequista en Cristo Rey.
“Cuando fui mamá, pude apreciar más a mi madre y a mi abuelita. Me di cuenta del sacrificio que implica ser mamá. Un sacrificio que ahora yo estoy haciendo por mis dos hijas y mi hijo recién nacido”, dice Elizabeth.
Fue su madre, María Elena quien reveló que celebrarán por partida doble el Día de la Madre, el 10 de Mayo, que es cuando se festeja en México a las madres; y el domingo 12 de mayo, el Día de la Madre en Estados Unidos.
“Celebramos los dos días, ya me llegaron las primeras flores de mi hijo que vive en Victorville”, dice María Elena emocionada”.