Estos 5 objetos cotidianos contaminan el aire de tu hogar

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La contaminación del aire es un problema que nos afecta a todos, tanto dentro como fuera de nuestros hogares. Mientras que la polución exterior es algo con lo que lidiamos a diario, muchos de nosotros no somos conscientes de que los artículos que usamos en casa también pueden deteriorar la calidad del aire que respiramos. Desde muebles y pinturas hasta quemadores de incienso y cocinas a gas, una gran variedad de objetos comunes pueden liberar sustancias químicas peligrosas que se acumulan en nuestros espacios interiores.

Afortunadamente, existen algunas soluciones sencillas que podemos implementar para mejorar la pureza del aire en nuestros hogares.

Incienso

Quizás uno de los mayores sorprendentes en la lista de contaminantes domésticos sean los inocentes palitos de incienso. Estos pequeños objetos, que parecen tan inofensivos mientras liberan sus fragantes aromas, en realidad están emitiendo una mezcla tóxica de sustancias químicas.

El incienso libera benceno y formaldehído, dos compuestos reconocidos como cancerígenos e irritantes. Además, la combustión deficiente de estos productos genera nanopartículas y compuestos similares a los de los tubos de escape de los automóviles diésel.

Aunque los difusores de aceites esenciales puedan parecer una alternativa más natural, también contienen una mezcla de sustancias químicas que pueden resultar irritantes y sensibilizantes para algunas personas.

Velas

Si bien es difícil imaginar un hogar acogedor sin el cálido resplandor de las velas, estos objetos también pueden contribuir a la contaminación interior. Sin embargo, expertos tranquilizan a los amantes de las velas, explicando que se necesitaría encender muchas sin ventilar la habitación para ver efectos negativos en la salud.

Foto Freepik

Las velas de cera de abeja, aunque más naturales, pueden emitir una mayor cantidad de compuestos orgánicos volátiles. Sin embargo, estas emisiones siguen siendo relativamente bajas y no representan un problema, a menos que se sufra de asma o alergias específicas.

Perfumes y ambientadores

Los perfumes y ambientadores, tan a menudo asociados con la frescura y la limpieza, también figuran en la lista de culpables de la contaminación interior. Según la química perfumista Valérie deMars, la composición de estos productos ha cambiado drásticamente en las últimas décadas.

«Antes de los años 60, los perfumes contenían un 80% de ingredientes naturales y un 20% de sintéticos», explica deMars. «Pero con el advenimiento de la química, esas proporciones se invirtieron». Ahora, los perfumes contienen sustancias como los muscos policíclicos, que han sido cuestionados por Greenpeace por su posible capacidad de penetrar en el cuerpo y dañar la salud.

La experta recomienda leer detenidamente las listas de ingredientes al elegir un perfume, evitando compuestos como el alcohol desnaturalizado (un posible perturbador endocrino) y el hidroxianisol butilado (BHA) y el butilhidroxitolueno (BHT), dos antioxidantes considerados cancerígenos en algunos países.

Muebles y alfombras nuevos

Ese aroma a «nuevo» que tanto nos gusta en un mueble recién adquirido o una alfombra recién instalada, en realidad se debe a la emisión de solventes y otros productos utilizados en su fabricación, como plásticos y polímeros. Estos compuestos no son extremadamente peligrosos por sí solos, pero en un espacio cerrado como el hogar, pueden acumularse y convertirse en un problema a largo plazo.

La solución, una vez más, es simple: ventilar bien el espacio. Abrir las ventanas de par en par durante 5 a 10 minutos, dos veces al día, para renovar eficazmente el aire.

Cocina

Además de los olores persistentes de la cocina, las estufas, especialmente las de gas, también pueden liberar partículas perjudiciales que se acumulan en el ambiente. Aunque los extractores ayudan a eliminar estas sustancias, a menudo no son suficientes.

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Otro problema común en la cocina es la acumulación de humedad, ya sea por cocinar, secar la ropa o ducharse. Si esta humedad no se elimina adecuadamente, puede dar lugar a la proliferación de moho, lo que puede representar un riesgo para la salud de las personas vulnerables o con sistemas inmunitarios débiles.

Cómo ventilar correctamente

Dado que la ventilación es la solución clave para combatir la mayoría de los problemas de contaminación interior, es importante hacerlo de la manera adecuada. Lo mejor es abrir las ventanas de par en par durante 5 a 10 minutos, dos veces al día.

Así que no dudes en abrir bien las ventanas y dejar que el aire fresco entre en tu hogar. ¡Tu salud te lo agradecerá!

El peligro oculto del radón

Además de los contaminantes comunes del hogar, existe otro factor de riesgo importante y específico de Suiza: el radón, un gas radioactivo procedente del suelo, especialmente en las zonas montañosas.

Según el Manual Suizo del Radón, los niveles límite se superan en miles de viviendas. Este gas es responsable del 10 al 15% de los cánceres de pulmón en Suiza, justo después del tabaco.

Si tienes locales subterráneos, vale la pena realizar pruebas colocando un pequeño sensor durante varios meses. Estas pruebas están disponibles en la mayoría de los municipios, que a veces organizan campañas de medición gratuitas para los residentes. También puedes recurrir a laboratorios privados que ofrecen este tipo de servicios.

Toma el control de la calidad del aire en tu hogar

Finalmente, nuestra vida cotidiana está llena de objetos y hábitos que, sin que nos demos cuenta, pueden deteriorar la calidad del aire que respiramos en nuestros hogares. Desde el incienso y las velas hasta los muebles y electrodomésticos nuevos, todos estos elementos pueden liberar sustancias químicas perjudiciales que se acumulan en espacios cerrados.

Tomando estas sencillas precauciones, podremos disfrutar de un aire limpio y puro en nuestro hogar, sin tener que preocuparnos por los efectos nocivos de la contaminación interior. ¡Respira tranquilo y vive saludable!

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Veronica Pereira

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