Empacar de más es un problema común entre los viajeros, a pesar de los numerosos beneficios de viajar con lo esencial: mayor flexibilidad, más espacio para la espontaneidad, facilidad de movimiento, ahorro en tarifas de equipaje facturado y menos preocupaciones por equipaje perdido. Pero, ¿por qué es tan difícil para muchos de nosotros evitar la tentación de llevar ropa o cosas de más? La respuesta se encuentra en la psicología detrás de este hábito.
Ansiedad y sensación de control
Los expertos coinciden en que la inclinación a empacar de más, impulsada por el deseo de estar preparados para innumerables escenarios «por si acaso», tiene sus raíces en la ansiedad y la pérdida de control que conlleva salir de nuestro espacio personal. El grado de esta ansiedad puede depender de factores como el nivel de familiaridad con el destino y la duración del viaje.
«Cuando estás de viaje, no tienes todo a tu alcance», dice la terapeuta Alyssa Mairanz, propietaria de Empower Your Mind Therapy en la ciudad de Nueva York. «Es posible que no conozcas el área, e incluso puede que estés en un lugar donde no hables el idioma. Entonces, estás más preocupado por cómo moverte y encontrar las cosas».
Estos sentimientos no se limitan a las personas que sufren de trastornos de ansiedad, dice la psicóloga Michele Leno, fundadora y propietaria de DML Psychological Services en Detroit; los viajeros pueden lidiar con esto empacando lo que ella describe como «artículos de autoconsuelo». (En su caso, es un ventilador que la ayuda a dormir por la noche).
«Hay este pensamiento cuando viajamos, de estar conectados con el hogar», dice Leno. «Es posible que ya tengas cierto miedo a viajar, tal vez no lo suficiente como para dejar de viajar o que nadie lo note, pero es suficiente para que empaques de más porque son cosas que te hacen sentir más tranquilo».
Pensamiento catastrófico
Los viajeros que empacan de más también pueden exagerar las consecuencias de estar sin un artículo o caer en el pensamiento catastrófico, dice Mairanz. «¿Cuál es el peor escenario si no empaco todo este material extra? Generalmente es ‘tendré que comprar algo allí‘ o ‘tendré que volver a usar los mismos atuendos’», dice. «Por lo general, el peor escenario de no tener todo lo que se necesita no es tan catastrófico como se siente».
Leno señala que este tipo de pensamiento puede ser desencadenado o reforzado por experiencias pasadas. «Si alguna vez has estado en una situación en la que algo salió mal durante unas vacaciones y no tenías un artículo en particular que tal vez asocies con el bienestar, entonces puedes culpar a ‘no tener esto conmigo’».
Falta de confianza
Brooke Schoenman, la fundadora y editora con sede en Sydney del blog Her Packing List, ha dominado el arte del empaque minimalista. Para un viaje de dos semanas a los EE. UU. en 2023, llevó solo una bolsa de 8 litros, aproximadamente del tamaño de una mochila mini. Ella enseña a otros cómo reducir su equipaje en su programa HPL Packing Method.
Según Schoenman, empacar de más se alimenta de «no entender realmente el valor» y la utilidad de lo que se empaca. «Una sola prenda puede usarse de varias maneras diferentes si te ves en esa situación».
La duda sobre nuestra capacidad de adaptación puede llevar a empacar de más: en lugar de confiar en nuestra habilidad para adaptarnos, optamos por el exceso para evitar ser sorprendidos. La mayoría de las cosas las puedes conseguir allí y, aunque no puedas obtener la cosa perfecta, probablemente puedas conseguir algo que te sirva. Se trata de la falta de confianza en tu propia capacidad para resolver problemas y estar bien.
Para algunos viajeros, sin embargo, la tranquilidad de estar preparados para lo inesperado y tener opciones supera los beneficios de empacar poco y hace que sus viajes sean más agradables, y eso también está bien. «Puede que no sea un problema», dice Mairanz. «Puedes permitirte empacar un poco de más si tienes el espacio y no enojarte por ello».
Factores que influyen en la tendencia a empacar de más
Familiaridad con el destino
El nivel de familiaridad con el destino de viaje puede influir en la propensión a empacar de más. Cuando se visita un lugar por primera vez, es más probable que los viajeros lleven más artículos «por si acaso», ya que se sienten menos seguros sobre qué esperar y cómo satisfacer sus necesidades.
Duración del viaje
Cuanto más larga sea la duración del viaje, mayor será la tentación de empacar de más. Los viajeros pueden sentir la necesidad de estar preparados para una amplia gama de escenarios que puedan surgir durante un período más prolongado fuera de casa.
Experiencias previas
Las malas experiencias de viaje en el pasado, como haber estado sin un artículo esencial, pueden reforzar la tendencia a empacar de más. Los viajeros pueden tratar de evitar repetir esas situaciones incómodas empacando todo lo que puedan.
Tipo de viaje
Los viajeros que planean realizar actividades más aventureras o al aire libre pueden sentir la necesidad de llevar más artículos especializados, lo que los lleva a empacar de más.
Personalidad y estilo de viaje
Algunas personas simplemente tienen un estilo de viaje más minimalista que otras. Los viajeros más organizados y planificadores pueden ser más propensos a empacar de más, mientras que los más espontáneos y adaptables tienden a llevar menos.
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