La dieta hipotóxica, también conocida como régimen Seignalet, ha ganado popularidad gracias a su concepto intrigante. Este enfoque dietético único promete aliviar el dolor, las enfermedades y las inflamaciones crónicas a través de un retorno a una alimentación «ancestral». A continuación, conoceremos los beneficios de este régimen hipotóxico, así como los alimentos que se deben evitar y los que se deben privilegiar.
¿Qué es la dieta hipotóxica?
La dieta hipotóxica fue concebida en 1985 por el Dr. Jean Seignalet, médico biólogo y especialista en inmunidad. Su objetivo principal es regenerar la mucosa intestinal, lo cual ayuda a regular los procesos patológicos en el organismo y a aliviar los síntomas de enfermedades, incluso aquellas consideradas incurables. Este régimen se basa en la reducción o eliminación de ciertos alimentos que se han vuelto difíciles de digerir con el tiempo, como el gluten y la caseína (proteínas extraídas de la leche). Además, promueve el consumo de alimentos frescos, cocciones suaves y una variedad de productos saludables.
Beneficios de la dieta hipotóxica
El principal objetivo de la dieta hipotóxica es médico y no está diseñado específicamente para perder peso. Al reducir la inflamación en el cuerpo, este enfoque alimenticio puede aliviar diversas enfermedades crónicas y mejorar la salud digestiva en general. El Dr. Seignalet observó resultados positivos en pacientes con enfermedades autoinmunes, enfermedades de eliminación y enfermedades de acumulación celular. Sin embargo, es importante destacar que se necesitan más investigaciones para confirmar el impacto de este régimen en la salud. Se recomienda encarecidamente consultar a un profesional de la salud antes de iniciar cualquier dieta restrictiva.
Alimentos para privilegiar en el régimen hipotóxico
El régimen hipotóxico se basa en privilegiar alimentos considerados hipotóxicos, es decir, aquellos con menor riesgo de toxicidad o inflamación para el organismo. Algunos de los alimentos recomendados incluyen ciertas cereales como el arroz, el sésamo y el trigo sarraceno, frutas y verduras frescas, carnes magras como el pollo, el pavo, el conejo y el ternero, pescados grasos ricos en ácidos grasos omega-3 como el salmón, el caballa, el atún y las sardinas, mariscos como las gambas y los mejillones, huevos, frutos secos y semillas como las nueces, las almendras, las avellanas, las semillas de girasol, las semillas de chía, las semillas de lino y las semillas de sésamo, y aceites no refinados como el aceite de oliva extra virgen, el aceite de coco y el aceite de linaza. Se recomienda optar por productos de agricultura biológica siempre que sea posible. En cuanto a las bebidas, el agua, la achicoria y las infusiones son opciones adecuadas, mientras que el consumo de té y café se debe moderar.
Alimentos a evitar en el régimen hipotóxico
El régimen hipotóxico busca eliminar todos los productos procesados, refinados o con riesgo de inflamación. Por lo tanto, se deben evitar alimentos como cereales que contengan gluten (trigo, centeno, cebada, avena), productos lácteos y sus derivados, legumbres (judías rojas, lentejas, garbanzos, soja), carnes procesadas (embutidos, jamón, salchichas), carnes rojas (res, cerdo, cordero), azúcares refinados, aceites refinados (aceite de girasol, margarina), aditivos alimentarios (colorantes artificiales, edulcorantes artificiales, conservantes), alimentos procesados y bebidas alcohólicas.
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