Con la revolución reglamentaria que llegará a la Fórmula 1 en 2026, hay mucha expectación por saber si habrá cambios en las jerarquías de los equipos: la era de los monoplazas con efecto suelo se ha caracterizado por el dominio de Red Bull y el extraordinario final de McLaren.
La pregunta que se hacen los entendidos es si Adrian Newey, tras dejar Red Bull para fichar por Aston Martin, será capaz de iniciar otro periodo ganador tras los vividos en Williams, McLaren y en Milton Keynes. La respuesta no está en absoluto clara, al menos en este primer año de grandes cambios.
El propietario del equipo, Lawrence Stroll, se hizo cargo de Racing Point en 2019: era un equipo de segundo nivel con una sede en Silverstone que poco a poco se fue transformando en Aston Martin.
Desde entonces, el equipo ha navegado entre el quinto y el séptimo puesto en el Campeonato del Mundo de Constructores con menos satisfacciones de las esperadas. Lawrence, por su parte, ha transformado la pequeña sede de Racing Point en una nueva fábrica ultramoderna. El propietario no ha escatimado recursos poniendo en marcha un túnel de viento más moderno, un nuevo simulador y creando unas instalaciones que pretenden ser competitivas contra los equipos punteros.
Es lógico pensar que con unas instalaciones de última generación y soluciones innovadoras el equipo debería despegar inmediatamente hacia las primeras posiciones. La puesta a punto de los sistemas lleva más tiempo del que se podría pensar, sobre todo porque entretanto también han cambiado algunas de sus asociaciones. Aston Martin hasta ahora era cliente de Mercedes y compraba a los alemanes las unidades de potencia, la caja de cambios y la suspensión trasera.
Honda será el proveedor exclusivo de Aston Martin a partir de 2026.
Foto de: Motorsport.com Japón
A partir de 2026, los coches “verdes” estarán propulsados por la PU de Honda gracias a un contrato exclusivo. Un vínculo que refuerza el papel del equipo británico en su objetivo de apuntar alto, pero los japoneses, siempre rápidos a la hora de dar información sobre su trabajo se han mostrado un poco reticentes a la hora de garantizar una cooperación abierta.
Hay una gran expectación sobre el carburante que desarrollará Aramco, la petrolera saudí que forma parte de la empresa de Stroll Sr.: este proveedor ha realizado una gran inversión en el estudio del e-fuel, la gasolina sintética sin fósiles. La expectativa es que los árabes puedan dar a Honda un carburante con una gran capacidad calorífica, que le proporcione algunos caballos de potencia extra.
Lawrence supo cómo engatusar a Adrian Newey: el canadiense dio al genio británico una participación minoritaria para convertirlo en socio, y desde ese momento el ingeniero británico asumió el mando del equipo. Ahora también será el director del equipo, en un papel que ciertamente no es el suyo, pero que podría permitirle “construir” el equipo que necesita.
Enrico Cardile, Aston Martin Racing
Fotos de: Aston Martin Racing
La primera opción fue Enrico Cardile, antiguo director técnico de Ferrari: el toscano es el Jefe Técnico que tomó el relevo de Dan Fallows y Bob Bell y es la interfaz de Adrian en la realización del monoplaza, además de ser el jefe al que responden los aerodinamistas de Jack Vino (recién llegado de Mercedes, después de la marcha de Eric Blandin e Ian Greig), y del área de simulación que dirige Giles Wood, un especialista llegado hace ocho meses procedente de Apple.
Curiosamente, hay otro italiano en el corazón de la estructura de Aston Martin: Luca Furbatto, que lleva en el puesto desde 2021, es el Director de Ingeniería y supervisa la implementación y evolución del sistema. Newey para la delicada área de producción ha llamado recientemente como COO a Paul Field, un leal que en Red Bull trabajó junto a él como Jefe de Producción, Cadena de Suministro y Logística.
Está claro que Newey está completando el rompecabezas mientras nace el AMR26. Una operación compleja porque ha tocado todos los ganglios para construir un equipo ganador. Y hay que tener en cuenta que, en comparación con el campeonato que acaba de terminar, Aston Martin ahora tiene que fabricar su propia transmisión, la suspensión trasera e incluso el sistema hidráulico, que eran una herencia del suministro de Mercedes.
Enmarcar cada elemento es un paso delicado: en la salida de los ágiles monoplazas de 2026 esperamos la creación de Adrian, que sin duda introducirá soluciones a copiar, pero no podemos esperar que Aston Martin exprima todo su potencial de inmediato, sobre todo porque todavía hay otros puestos vacantes en la plantilla: no es ningún secreto que Gianpiero Lambiase, otro técnico apreciado por Newey, podría unirse al equipo de color verde.
Lawrence Stroll está llevando a cabo una metamorfosis del equipo que en cierto modo puede recordar a la reestructuración de Ferrari que condujo a la era Schumacher a principios de la década de 2000. Con Ross Brawn y Rory Byrne al frente del equipo técnico, los éxitos no habían llegado de inmediato. Y la Scuderia ya contaba con el Kaiser como piloto puntero. Aston Martin tendrá que encontrar un piloto puntero para 2027 si quiere tener la ambición de triunfar: Fernando Alonso lo es, pero el año que viene cumplirá 45 años y él mismo ha puesto su futuro en el aire, mientas que Lance Stroll nunca ha ganado una carrera de F1 y nadie pensaría en el como futuro campeón.
No es casualidad que cada vez se habla más de un interés por Charles Leclerc o Max Verstappen…
Queremos tu opinión
¿Qué le gustaría ver en Motorsport.com?
– El equipo de Motorsport.com