#Salud: “Querían cobrar el seguro de vida”

0
23


A veces el peligro no llega de un desconocido, sino de alguien que se sienta a tu mesa. El caso de Juan, pone la piel de gallina por un motivo claro: un intento de asesinato dentro del entorno familiar, con una expareja y una hijastra implicadas, y un posible móvil económico ligado a un seguro de vida. Juan sobrevivió, pese a recibir trece puñaladas, y su historia deja preguntas incómodas sobre confianza, dinero y violencia.

El ataque, las trece puñaladas y los días en coma

Juan iba en el coche con su hijastra cuando ella le pidió parar para dejar subir a un supuesto amigo del instituto. Esa petición, que podía parecer normal, fue el inicio de la emboscada. Al detenerse, la situación cambió en segundos: el “amigo” era Marlon, contratado para atacar.

Ya en la calle, Juan intentó huir, pero escuchó una frase que resume el frío del plan: “¡Mátalo!”, según la reconstrucción del caso. El ataque fue brutal, trece puñaladas, y Juan quedó entre la vida y la muerte. Pasó diez días en coma, y su recuperación fue lenta, con el cuerpo y la cabeza tratando de entender lo que había ocurrido.

Lo más inquietante del relato no es solo la violencia, es el mecanismo. El plan se construyó sobre un gesto cotidiano, un trayecto compartido, una parada breve. Cuando la confianza se usa como llave, la víctima baja la guardia sin darse cuenta.

Por qué sobrevivió: una lesión crítica que no llegó a ser mortal

Los médicos explicaron que se salvó por muy poco. Una de las heridas pasó a apenas dos milímetros de la aorta. Ese margen mínimo separó una urgencia extrema de una muerte inmediata, y convirtió su supervivencia en algo tan real como difícil de asumir.

Freepik

El móvil: el seguro de vida y la traición dentro de la familia

Según lo publicado, el posible motivo fue cobrar un seguro de vida contratado pocos días antes, por un valor de trescientos mil euros. En el relato judicial, la expareja de Juan, Mar, habría ideado el plan desde lejos, mientras otras personas lo ejecutaban o ayudaban a hacerlo posible.

El dinero, cuando entra en una relación rota o tensa, puede actuar como gasolina. La violencia por interés económico existe, y muchas veces no empieza con un golpe, empieza con control, presión y decisiones “urgentes” que no encajan.

Te podría interesar:

Un seguro de vida es un contrato que deja una cantidad a los beneficiarios si la persona asegurada fallece. El problema aparece cuando hay separación, deudas o resentimiento, porque el beneficiario puede ver la póliza como un premio, no como protección.

Señales de alerta cuando el dinero entra en la relación

Conviene desconfiar si aparece presión para firmar papeles, interés repentino por pólizas, control del móvil o de las cuentas, amenazas veladas, o intentos de aislarte. No es paranoia, es prevención cuando el contexto huele raro.

Qué pasó en el juicio

El caso llegó a sentencia casi tres años después, donde la Audiencia Provincial de Albacete impuso penas distintas por el grado de participación y la edad. Mar, expareja de Juan y señalada como autora intelectual, fue condenada a trece años de prisión. Marlon, autor material del ataque, recibió once años. Antonio David, exnovio de la hijastra y enlace entre participantes, fue condenado a nueve años. La hijastra, menor en el momento de los hechos, tuvo una medida de internamiento de tres años y medio, y según la cobertura, hoy está en libertad tras cumplir parte de esa medida.

Juan sobrevivió, y su caso recuerda algo básico: si hay miedo, amenazas o control, hay que pedir ayuda cuanto antes. En rupturas o conflictos, conviene revisar beneficiarios y documentación de seguros, y dejar constancia de cualquier presión. La confianza se reconstruye despacio, pero la seguridad personal no se negocia. ¿A quién acudirías hoy si algo en tu relación ya no te cuadra?

¿Le resultó útil este artículo?



Source link