
La reunión de este domingo entre Donald Trump y Volodimir Zelenski en Florida trajo algo de optimismo sobre la paz en Ucrania, pero el lunes el suflé ha bajado un poco y se ha llenado de matices por parte del presidente ucraniano y de avisos del lado ruso; el Kremlin, de hecho, acusó a Ucrania de “terrorismo” por un presunto ataque con drones contra la residencia vacacional de Vladimir Putin. En general, el acuerdo -que está listo al “95%” según dijeron Washington y Kiev el domingo- sigue sin tener la forma deseada, y las negociaciones seguirán en enero… salvo giro inesperado.

Zelenski todavía mantiene la cautela y así lo ha hecho saber este lunes con varios mensajes en las redes sociales. “No hay alternativa a la paz. Junto con los estadounidenses, compartimos una postura común: la guerra debe terminarse mediante la diplomacia y hay que obligar a Rusia a hacerlo; de lo contrario, la guerra continuará. Sin duda, si la guerra continúa, los estadounidenses, junto con los europeos, seguirán apoyando a Ucrania, porque nos defendemos en esta guerra, luchamos y no somos los agresores”, escribió, como resumen de lo hablado con EEUU.
Kiev apunta que las garantías de seguridad que dependen de Estados Unidos están pactadas “al cien por cien” y cerca del mismo están, dijo Zelenski, las que dependerán de los europeos. Además, abrió la puerta a que el acuerdo de paz sea sometido a un referéndum ciudadano para que sean los ucranianos los que den (o no) su visto bueno.
Pero el presidente ucraniano no se fía de Putin. “La actitud de los rusos hacia un referéndum no es positiva, ya que requiere infraestructura de seguridad. Significa que se necesita un alto el fuego. Pero los rusos no quieren concedernos un alto el fuego durante los días necesarios para celebrar un referéndum. Es decir, 60 días. Este es un asunto muy difícil, y Rusia quiere seguir presionándonos con la guerra: misiles, artillería, etc. Por eso luchamos por esto”, resumió Zelenski, que quiere que este pacto se cumpla, algo que no sucedió, dijo, con los Acuerdos de Minsk, firmados en 2014.
Ucrania asume que todo pase por el sí ciudadano, y en esa idea ha insistido Zelenski. “En cuanto al plan de 20 puntos, creemos que debería aprobarse mediante referéndum. Este sería el mayor respaldo histórico a la fuerza de este documento, y nos gustaría mucho hacerlo. Claro que no todos lo ven con buenos ojos, ya que claramente implica la expresión abierta de la voluntad, no de una sola persona ni de 450 personas. Estamos hablando de millones de personas”, sentenció.
Con todo, el problema más importante para el acuerdo final sigue siendo el estatus del Donbás, que todavía no se ha resuelto. Ucrania quiere allí una zona económica desmilitarizada, controlada por Kiev y con la supervisión de EEUU y de los aliados europeos. “En cuanto a la retirada del Donbás, no es ningún secreto que Rusia la desea. En sus fantasías, quisieran que no existiéramos en el territorio de nuestro propio país. Estas fantasías llevan años rondando. Pero tenemos nuestra propia tierra, nuestra propia integridad territorial, nuestro propio estado y nuestros propios intereses. Actuaremos de acuerdo con los intereses de Ucrania”, terminó Zelenski en redes sociales.
Trump y Zelenski, en general, asumieron que el pacto “está más cerca que nunca”, pero Moscú no lo ve así y este lunes acusó a Ucrania de lanzar un ataque contra la residencia de Putin con drones que, aseguró el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, fueron repelidos por “las Fuerzas Aéreas” del Kremlin. “No pretendemos retirarnos del proceso de negociación con Estados Unidos, pero dada la completa degeneración del criminal régimen de Kiev, que ha virado a una política de terrorismo de Estado, las posiciones negociadoras de Rusia serán reconsideradas“, avisó el jefe de la diplomacia rusa, y sostuvo al mismo tiempo que “este tipo de acciones imprudentes no quedarán sin respuesta”.
Acusaciones y un frente militar todavía muy activo
El propio Zelenski, por su lado, negó la implicación de Kiev en esos ataques y acusó a su oponente de “socavar la diplomacia” en un momento clave. “Rusia está de nuevo en acción, utilizando declaraciones peligrosas para socavar todos los logros de nuestros esfuerzos diplomáticos compartidos con el equipo del presidente Trump. Seguimos trabajando juntos para acercar la paz”, expuso, antes de resaltar que “la historia sobre un supuesto ataque contra la residencia es una invención destinada a justificar ataques adicionales contra Ucrania, incluido Kiev”.
El frente puramente militar sigue muy activo y Moscú mantiene sus progresos. Rusia anunció este lunes la toma de una nueva localidad en la provincia ucraniana de Donetsk, enclave fundamental, como se ha dicho, en las negociaciones de paz. Según informó el Ministerio de Defensa ruso, unidades del grupo militar Oeste completaron la captura de la localidad de Dibrova tras llevar a cabo “operaciones activas”, tal y como señaló el organismo en un breve comunicado difundido a través de su canal oficial en Telegram.
El ministro de Defensa, Andrei Belousov, felicitó a las tropas por el control de la zona y destacó el papel de los soldados en los combates en el Donbás, subrayando su continuidad con las tradiciones militares rusas. Belousov elogió asimismo a quienes murieron durante la ofensiva y expresó su confianza en que las fuerzas armadas “seguirán cumpliendo con honor su deber”, en referencia a la protección de los intereses nacionales y la seguridad del país.



