¿Cómo se procesa una escena que parece imposible? En La Plata, Maryland, la policía encontró a una madre empujando un columpio con su hijo pequeño, sin saber, o sin aceptar, que el niño ya había muerto. El caso sacudió a la comunidad por lo que toca a la vez: infancia, salud mental y la forma en que el sistema de justicia nombra y persigue una tragedia.
Los reportes identificaron a la madre como Romechia Simms y al niño como Ji’Aire Donnell Lee, de tres años. Según la cronología publicada, el menor fue llevado a un parque de La Plata y colocado en un columpio. Con el paso de las horas, vecinos notaron algo extraño, y se pidió una verificación de bienestar.

La policía acudió al lugar y encontró al niño sin vida. La madre seguía empujando el columpio cuando llegaron los agentes. El personal médico confirmó el fallecimiento en la escena y el cuerpo fue trasladado al forense.
En las primeras descripciones se habló de una noche fría, con llovizna, y de un parque visible desde algunas viviendas cercanas. También se informó que no se apreciaban signos claros de trauma físico. Tras el hallazgo, la madre fue llevada para evaluación médica.
Qué determinó la autopsia
La fiscalía del condado citó que el forense determinó como causa de muerte la deshidratación y la hipotermia (baja peligrosa de la temperatura corporal). La causa responde a la pregunta de qué falló en el cuerpo.
La “clasificación” médico legal de homicidio no siempre significa intención de matar. En términos forenses, puede indicar que la muerte ocurrió por acción u omisión de otra persona, aunque el tribunal luego decida si hubo delito y cuál.
Cargos y proceso legal
Tras el arresto, se reportaron cargos como homicidio, abuso infantil y negligencia. En Maryland, cuando se habla de un indictment, se refiere a una acusación formal, a menudo emitida tras revisión de un gran jurado. Es un paso del proceso, no un veredicto.
El homicidio involuntario suele apuntar a una muerte sin intención de matar, pero atribuida a una conducta imprudente o a una falta grave de cuidado, según el enfoque del caso. Los cargos de abuso infantil y negligencia se centran en el deber de protección hacia un menor y en si ese deber se quebró de forma seria.
Lo más importante para el público es recordar que un cargo no es una condena. El sistema debe probar responsabilidad con evidencia, y la defensa puede impugnar la narrativa, la intención y la capacidad mental.
Qué evaluaron los psicólogos forenses
Familiares y reportes mencionaron enfermedad mental y una evaluación psiquiátrica tras el hallazgo. En casos así, los tribunales suelen pedir valoraciones forenses para responder dos preguntas: si la persona entiende el proceso judicial y si, al momento de los hechos, podía comprender lo que hacía o controlar su conducta.
La idea de “no criminalmente responsable” existe cuando una enfermedad mental grave impide esa comprensión o control. Si el tribunal acepta ese marco, el caso puede moverse del castigo a medidas centradas en tratamiento y seguridad.
Cómo terminó el caso y qué debates deja sobre tratamiento, castigo y prevención
En la información pública consultada sobre este caso, el foco se mantuvo en los hechos iniciales, la autopsia y los cargos. No aparecen detalles confirmados, en esas fuentes, sobre un cierre judicial definitivo o una sentencia final hasta la fecha.
Aun así, el debate que deja es claro, ya que cuando hay indicios de crisis mental, mucha gente pide cárcel, y otra pide atención clínica supervisada para reducir riesgos. La prevención también entra en juego: tomar en serio señales de descompensación, reforzar redes de apoyo, y actuar rápido cuando hay dudas sobre la seguridad de un niño.



