#Salud: ¿Pueden los probióticos ayudar a calmar la enfermedad inflamatoria intestinal?

0
18


Vivir con enfermedad inflamatoria intestinal (EII) suele sentirse como tener un “incendio” que se enciende y se apaga en el intestino. Dentro de la EII están la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn, y aunque se parecen en síntomas, no se comportan igual.

En esa búsqueda de calma aparece una idea muy repetida: cuidar la microbiota. Tiene sentido, porque el intestino está lleno de microbios que conviven con el sistema inmune. La gran pregunta es si los probióticos pueden bajar síntomas o inflamación. La respuesta cambia según el tipo de enfermedad y, desde el inicio, conviene dejarlo claro: no sustituyen el tratamiento médico.

Enfermedad inflamatoria intestinal y microbiota: por qué los probióticos llaman tanto la atención

En simple, la colitis ulcerosa suele afectar el colon y la capa más superficial de su pared y en la enfermedad de Crohn puede aparecer en distintas zonas del tubo digestivo y puede inflamar capas más profundas, por eso a veces es más impredecible.

En ambas, es común encontrar disbiosis, que es una microbiota alterada, con menos diversidad o con grupos microbianos que no “encajan” bien con el intestino inflamado. Esa alteración se asocia con diarrea, gases, dolor y, en algunas personas, con más brotes. No es la única causa, pero sí una pieza del rompecabezas, y por eso los probióticos generan tanta expectativa.

Qué podrían hacer los probióticos en el intestino (en teoría)

Los probióticos son microbios vivos que, en algunas condiciones, pueden ayudar. Se cree que podrían reforzar la barrera intestinal, competir con microbios que irritan, y mandar señales que moderen la respuesta inmune. También podrían influir en sustancias que el intestino produce al fermentar fibra.

El punto clave es que “en teoría” no significa “funciona para todos”. El efecto depende de la cepa, la mezcla, la dosis, el tiempo de uso y de cómo esté tu intestino en ese momento.

Qué dice la evidencia hasta dos mil veinticinco: colitis ulcerosa vs enfermedad de Crohn

Hasta dos mil veinticinco, la evidencia muestra un patrón repetido: resultados modestos y muy dependientes del producto. En colitis ulcerosa leve a moderada, algunas mezclas multicepa, con combinaciones de Lactobacillus y Bifidobacterium (incluidas formulaciones tipo VSL#3 o Visbiome en algunos mercados), han mostrado beneficios como apoyo al tratamiento estándar en ciertos estudios. En esos casos, la mejoría puede notarse en síntomas y, a veces, en recaídas, aunque los cambios en marcadores objetivos no siempre son consistentes.

En Crohn, los ensayos han sido más variables y, en conjunto, no muestran un beneficio firme para inducir o mantener remisión. Por eso, las guías y revisiones suelen no recomendar su uso rutinario como estrategia principal en enfermedad de Crohn.

Freepik

Colitis ulcerosa: cuándo podrían ayudar como complemento

En colitis ulcerosa, pueden servir como adyuvante en algunas personas, sobre todo si el objetivo es apoyar el control de síntomas o ayudar a sostener estabilidad junto con la medicación indicada. Aun así, no todos responden, y tu gastroenterólogo decide según tu historia, tu tratamiento y qué se busca medir, síntomas, inflamación, o ambos.

Te podría interesar:

Crohn: por qué los resultados son más débiles o inconsistentes

Crohn cambia mucho entre personas, y puede afectar zonas donde un probiótico quizá no tenga el mismo efecto. Además, muchos estudios han usado productos distintos, con dosis y diseños difíciles de comparar. Si se prueban, lo más sensato es que sea una decisión individual y supervisada.

Cómo probar probióticos de forma segura si tienes EII

Si te interesa intentarlo, busca productos con cepas identificadas y dosis claras, no fórmulas “misteriosas”. Mantén expectativas realistas: no son un apagafuegos, y si ayudan, suele ser como un empujón pequeño, no como un cambio total.

Conviene probarlos durante un tiempo razonable, sin mezclar varios a la vez, y observar qué pasa con diarrea, dolor, gases y tolerancia. Es común notar hinchazón al inicio. La seguridad suele ser buena, pero hay que tener más cautela si estás con inmunosupresores, defensas bajas, un catéter, o si has estado hospitalizado hace poco. En un brote, no retrases la consulta por “esperar a que el probiótico haga efecto”.

Señales de que debes hablar con tu gastroenterólogo antes de empezar

Si tienes un brote fuerte, fiebre, sangre abundante, pérdida de peso marcada, embarazo, cirugía reciente, o antecedentes de infecciones, es mejor coordinarlo con tu plan médico desde el inicio.

Y recuerda que los probióticos pueden ayudar a algunas personas con colitis ulcerosa como apoyo, mientras que en enfermedad de Crohn la evidencia sigue siendo limitada e inconsistente. Tres ideas mandan: la cepa importa, no reemplazan tus fármacos, y la decisión debe ser personalizada.

Si quieres probarlos, hazlo con seguridad, con seguimiento, y con expectativas realistas. Tu intestino no necesita promesas, necesita un plan claro.

¿Le resultó útil este artículo?



Source link