#Salud: 7 infusiones para aliviar los pulmones y calmar la garganta

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La tos cumple su trabajo, expulsa moco e irritantes para proteger las vías respiratorias. El problema es que, cuando se repite, deja la garganta sensible y el pecho cansado, como si hubieras corrido sin parar.

Una infusión tibia puede ayudar en ese tramo incómodo: hidrata, humedece la mucosa y hace que la tos se sienta menos agresiva. Si añades miel, su efecto es aún más amable, porque puede recubrir la garganta y calmar la urgencia de toser. Eso sí, es un apoyo, no un reemplazo de atención médica.

Por qué una infusión tibia puede calmar la tos y la garganta irritada

El calor suave y el vapor aportan humedad, y esa humedad suele aliviar cuando la garganta está “raspada”. Al beber tibio, la mucosa se lubrica y el reflejo de tos puede bajar de intensidad, sobre todo en la tos seca que se dispara por irritación.

También puede ayudar cuando hay flema, porque el calor favorece que el moco se mueva con más facilidad. No hace milagros, pero sí mejora la sensación general y te permite descansar mejor.

El punto clave es la temperatura: tibio o cálido, no hirviendo. El líquido demasiado caliente puede irritar más. Si te sienta bien, una pauta práctica es tomar entre dos y cuatro tazas al día, ajustando según tu tolerancia. Y un recordatorio importante: la miel no se da a menores de un año.

Siete infusiones para aliviar los pulmones y calmar la garganta (cuándo conviene cada una)

Jengibre: suele venir bien si hay tos seca con picor o congestión. Sus compuestos se asocian a un efecto antiinflamatorio suave. Tómalo tibio con limón y, si corresponde, un poco de miel.

Menta o hierbabuena: el mentol puede dar sensación de aire más libre y aliviar la garganta. Es útil si la tos va con nariz tapada o irritación por resfriado, y se toma mejor después de comer.

Tomillo: se usa mucho cuando hay tos con flema, porque se asocia a un efecto expectorante. Una taza tibia por la tarde puede ayudar si sientes el pecho cargado.

Eucalipto: suele sentirse útil en congestión y mucosidad espesa. Úsalo en infusión suave, sin concentrar, y evita excederte si te resulta fuerte.

Foto Freepik

Regaliz: puede ser agradable en tos seca y garganta inflamada, por su efecto calmante sobre la mucosa. Va bien en sorbos lentos, sobre todo si la tos “rasca”.

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Canela con clavo y limón: es una mezcla reconfortante para días fríos y garganta sensible. Puede acompañar cuadros leves donde hay irritación, y el limón aporta un toque fresco.

Ortiga: se menciona a menudo cuando la tos seca se mezcla con alergia o goteo nasal. Puede sentirse útil en temporadas de estornudos y picor, tomada a media mañana.

Cómo prepararlas para que realmente sean suaves (y no te irriten más)

Usa agua caliente, pero no hirviendo. Deja reposar la infusión cinco a diez minutos con la taza tapada para conservar aroma y sabor. Si usas hojas o trozos, cuela antes de beber.

Añade la miel cuando ya esté tibio, así queda más amable para la garganta. Bebe despacio, en sorbos, y no lo conviertas en tu única hidratación del día.

Precauciones y señales de alarma: cuándo dejar el té y consultar

No todas las hierbas son para todos. Por ejemplo, la menta puede empeorar el reflujo, el regaliz puede no convenir si tienes hipertensión. Eucalipto y ortiga requieren especial cuidado en embarazo, y si tomas fármacos, conviene preguntar antes.

Consulta si la tos dura semanas, si hay fiebre alta, falta de aire, sangre, dolor fuerte, o moco de color inusual. En esos casos, el té acompaña, pero no sustituye la evaluación.

Elige la opción según tu tipo de tos y escucha cómo responde tu cuerpo. Si no mejora o aparecen señales de alarma, lo más seguro es consultar a un profesional de salud.

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