
La cena de Navidad, como es tradicional, puede ser muy abundante y dejarnos con el estómago totalmente lleno. Pero a pesar de eso, de que sentimos que no nos cabe un solo bocado más, no nos negamos a probar cómo ha quedado el postre. De alguna manera, no importa lo mucho que hayamos comido, siempre hay espacio para la parte dulce, ¿por qué? (Seguir leyendo…)
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