Es importante saber que no todos los tumores se palpan. Algunos son pequeños, están profundos o se ubican en zonas difíciles de notar con los dedos. Otros afectan primero los conductos del pezón, la piel o los ganglios de la axila, y ahí es donde aparece el cambio.
La autoexploración ayuda a conocerte, pero no sustituye los controles. Según la edad y el riesgo, el médico puede recomendar mamografía, ecografía, o ambas. Pensarlo como mantenimiento del coche funciona, no esperas a oír un ruido fuerte para mirar el motor.
Seis síntomas de cáncer de mama que no son un bulto
Los cambios en la piel pueden ser la primera pista. Puede haber enrojecimiento, descamación, irritación o hundimientos. La textura tipo piel de naranja (con hoyuelos) es una señal que conviene valorar si persiste.
La retracción del pezón también importa. Si el pezón se hunde, se desvía o cambia de forma sin motivo claro, puede indicar que algo tira del tejido por dentro. Si además es unilateral, mejor consultarlo.
La secreción del pezón que no es leche merece atención. Puede ser clara, amarillenta, pegajosa o secreción con sangre. Si aparece de repente, sale de un solo pezón o mancha la ropa, no lo dejes pasar.
Un cambio de tamaño o forma del seno puede notarse como asimetría nueva, un contorno distinto o mayor firmeza. No hace falta que sea enorme para ser relevante, lo clave es que sea reciente y sostenido.
La hinchazón en parte del seno o en la axila puede sentirse como una zona inflamada, tirante o un ganglio aumentado. A veces no duele. Si es de un lado y no cede, requiere revisión.
El dolor persistente y localizado en el seno o el pezón también cuenta. El dolor suele tener causas comunes, pero si es focal, nuevo y no mejora, conviene descartarlo con un profesional.
Cómo diferenciar un cambio pasajero de una señal de alerta
Piensa en tres ideas: novedad, persistencia y unilateralidad. Si el cambio es nuevo, dura más de un par de semanas, aparece en un solo lado o se acompaña de cambios en piel o pezón, es señal de consulta. El dolor del ciclo suele ir y venir y puede sentirse en ambos senos, pero si es focal y se queda, se revisa.
Cuándo consultar y qué pruebas pueden pedirte
Pide cita si el síntoma no mejora, empeora, aparece piel de naranja, el pezón invertido es nuevo, hay secreción con sangre o notas inflamación en la axila. Mejor ir antes que esperar “a ver si se pasa”.
En consulta suelen hacer un examen clínico y, según el caso, solicitar mamografía o ecografía. En situaciones concretas puede añadirse una resonancia. Si ven algo que necesita confirmación, la prueba que da la respuesta es la biopsia. Ir pronto reduce la incertidumbre y acelera decisiones.
Cambios en la piel, el pezón, el tamaño, la secreción, la hinchazón o un dolor que no se va pueden ser señales tempranas. Si algo te preocupa, habla con un profesional de salud y mantén tus controles al día, tu tranquilidad también cuenta.