¿La caída de la inflación mejorarían las tasas hipotecarias? #FVDigital

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Durante los últimos años, muchos compradores de vivienda y propietarios en Estados Unidos se acostumbraron a ver tasas hipotecarias elevadas. Para algunos, eso significó pausar planes de compra o refinanciamiento. Sin embargo, el panorama está cambiando poco a poco. La reciente desaceleración de la inflación ha puesto sobre la mesa una pregunta y una esperanza: ¿estas circunstancias económicas favorecerían a disminuir las tasas de interés de las hipotecas?

Desde una perspectiva de mercado, la respuesta es cautelosamente positiva. Las tasas hipotecarias ya han bajado cerca de un punto porcentual en promedio desde enero. Ese movimiento no es menor. Refleja un entorno económico distinto al de 2023, cuando los intereses alcanzaron su nivel más alto desde el año 2000. Para quienes siguen de cerca estas cifras, el cambio empieza a sentirse.

Uno de los factores centrales ha sido la política monetaria de la Reserva Federal. En los últimos cuatro meses del año, el banco central aplicó tres recortes a su tasa de referencia. En total, la tasa de fondos federales es ahora 75 puntos básicos más baja que a comienzos de septiembre. Este ajuste ha empujado a las tasas hipotecarias a niveles no vistos desde 2022.

La inflación también está enviando señales alentadoras. En noviembre se ubicó en 2.7%, por debajo del 3% que había mostrado previamente. Este dato acerca a la economía al objetivo del 2% que la Reserva Federal ha buscado durante años. Cuando la inflación se modera, el margen para reducir tasas de interés se amplía.

Aunque las hipotecas no dependen directamente de la tasa de la Fed, la relación existe. Los prestamistas suelen anticiparse a las decisiones del banco central. Si perciben que habrá más recortes, ajustan sus ofertas antes de que ocurran. Por eso, una inflación más baja puede traducirse en hipotecas más baratas, incluso sin un anuncio inmediato.

Otro indicador relevante es el empleo. El desempleo subió a 4.6%, su nivel más alto desde septiembre de 2021. Cuando el mercado laboral se enfría, la Fed tiene incentivos adicionales para estimular la economía. Reducir tasas es una de sus principales herramientas. La combinación de menor inflación y mayor desempleo fortalece ese argumento.

Sin embargo, el camino no es lineal. Las tasas hipotecarias responden a múltiples variables. El rendimiento del bono del Tesoro a 10 años sigue siendo un referente clave. Además, la Reserva Federal puede optar por la cautela. Según el indicador FedWatch del CME Group, la probabilidad de un recorte en la reunión de enero ronda apenas el 26%.

Eso significa que también existe la posibilidad de una pausa prolongada. Si la Fed interpreta los datos recientes como insuficientes, podría mantener las tasas estables. En ese escenario, la mejora en las hipotecas sería más lenta o incluso se estancaría temporalmente.

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Aun así, el contexto actual es mucho más favorable que hace un año. El simple hecho de que nuevas reducciones estén sobre la mesa ya genera competencia entre prestamistas. Para compradores y propietarios, eso abre oportunidades que antes parecían inexistentes.

Los especialistas en tasas hipotecarias recomiendan no intentar predecir el punto más bajo. Nadie puede hacerlo con precisión. Si una tasa actual encaja con tu presupuesto y tus planes a largo plazo, asegurarla puede ser una decisión inteligente. Más adelante siempre existe la opción de refinanciar si las condiciones mejoran.

La inflación, el empleo y la política monetaria están interactuando de una forma que favorece al prestatario. Si tienes el down payment de una casa, el presupuesto y has esperado una buena oportunidad de reducción de precios de viviendas y tasas hipotecarias, es posible que este entorno no se repita en el futuro remoto. Saberlo es imposible; actuar depende de ti.

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