
El papa León XIV sorprendió este miércoles con un saludo a los fieles que esperaban en la plaza de San Pedro a pesar de la lluvia para seguir la misa del Gallo a través de las pantallas.

“La basílica de San Pedro es muy grande, pero no tan grande para recibir a todos vosotros. Por ello, gracias por vuestro valor por estar esperando aquí esta tarde”, dijo el papa en inglés saliendo a la plaza de San Pedro antes de celebrar la misa en el interior en la que será su primera Navidad tras su elección el 8 de mayo.
Después, el papa habló en italiano: “Gracias por venir también con este es tiempo. Vamos a celebrar la fiesta de Navidad. El niño que ha nacido y que nos trae la paz, nos trae el amor de Dios”. El papa se despidió felicitando la Navidad a todos y después entró en la basílica para celebrar la misa del Galló.
Misa de Gallo
Ya en el interior de la Basílica de San Pedro, el Papa León XIV ha presidido este miércoles su primera santa misa de Nochebuena, en la que ha recordado a Benedicto XVI y al Papa Francisco al expresar que en la tierra “no hay espacio para Dios si no hay espacio para el hombre” y al proclamar que hay que “hay llevar esperanza allí donde se ha perdido”.
“No acoger a uno, significa rechazar al otro. En cambio, donde hay lugar para el hombre, hay lugar para Dios”, ha afirmado el pontífice que ha invitado a los fieles a admirar la “sabiduría” de la Navidad.
En su homilía, el Pontífice ha invitado a contemplar el nacimiento de Jesús como la luz definitiva que disipa las tinieblas del mundo y de la historia humana.
Durante la liturgia, el Papa ha recordado cómo, a lo largo de los milenios, los pueblos han mirado al cielo buscando respuestas en las estrellas, pero ha subrayado que, en esta Noche Santa, “el pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz: sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz“.
“He aquí la estrella que sorprende al mundo. Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor, ha afirmado el Pontífice.
Al final de la homilía, el Pontífice ha relacionado la Navidad con el camino reciente de la Iglesia, recordando las palabras de su predecesor, el Papa Francisco, sobre “la esperanza que no defrauda”.
“Hace exactamente un año, el Papa Francisco afirmaba que el nacimiento de Jesús reaviva en nosotros el don y la tarea de llevar esperanza allí donde se ha partido, porque con Él florece la alegría, con Él la vida cambia, con Él la esperanza no defrauda. Con estas palabras, daba comienzo el año santo”, ha enfatizado.
Urbi et Orbi
Asimismo, ha denunciado que una economía “distorsionada” induce a tratar a los hombres como mercancía. “Dios se hace semejante a nosotros, revelando la dignidad infinita de cada persona”, ha manifestado. En este sentido, ha advertido de la tentación del ser humano de “querer convertirse en Dios para dominar al prójimo”, frente a un Dios que quiere convertirse en hombre para liberar al mundo de toda esclavitud.
Igualmente, ha subrayado que la Navidad “no es una idea que resuelva todos los problemas, sino una historia de amor que involucra”. “En el Hijo hecho hombre, Dios no nos da algo, sino a sí mismo”, ha agregado.
La misa del gallo ha contado con la tradicional procesión del Papa hasta el altar mayor y la solemne adoración del Niño Jesús. El pontífice impartirá este jueves desde el balcón central la bendición papal Urbi et Orbi desde la Basílica en la mañana de Navidad.



