
Millones de ucranianos pasan este día de Nochebuena sin electricidad, a temperaturas bajo cero, después de otro ataque masivo de Rusia contra la infraestructura energética del país invadido.

“Si no hay electricidad en casa, haremos la cena de Nochebuena a la luz de las velas“, dijo un transeúnte que caminaba este miércoles por el centro de Leópolis, en el oeste de Ucrania, hablando a voces para hacerse oír sobre el zumbido de los generadores portátiles que llenan las calles.
Tras los ataques rusos del martes, en los que Moscú empleó 650 drones de largo alcance y 38 misiles, tres centrales nucleares se vieron obligadas a reducir la producción de electricidad en reacción a los daños en la red, que también limitaron la capacidad de transferir la electricidad producida e importada a distintos puntos del país.
Leópolis fue una de las ciudades obligadas a drásticos cortes de electricidad, con los residentes forzados a pasar hasta diez horas al día sin luz y con interrupciones planificadas introducidas de forma alternante por distritos para dividir la energía eléctrica disponible equitativamente entre los hogares. No obstante, la situación en Leópolis es mejor que la de muchas regiones próximas al frente o a la frontera con Rusia.
Los ataques rusos contra el sistema energético continuaron este miércoles, cuando sufrieron daños una central energética en Járkov (noreste) así como la infraestructura gasística, crucial a la hora de calentar los hogares en tiempos de temperaturas bajo cero.
“Su principal objetivo es acabar con la integridad del sistema energético antes de Año Nuevo al dividirlo a lo largo del río Dniéper y dejar también aisladas a las regiones de Odesa, Sumi, Cherníguiv y Járkov”, escribió en un comentario en sus redes sociales Volodímir Omelchenko, experto energético del Centro de Estudios Razumkov.



