Una ex empleada del difunto depredador sexual Jeffrey Epstein alertó al FBI sobre su interés en pornografía infantil y sus amenazas décadas antes de que Epstein se convirtiera en una fijación internacional, pero las autoridades federales aparentemente no actuaron. Maria Farmer, a quien Epstein contrató para ayudar en la compra de arte, presentó una queja contra él el 3 de septiembre de 1996. Sin embargo, pasaron casi diez años más antes de que el notorio abusador sexual comenzara a enfrentar un escrutinio legal significativo.
“He esperado 30 años”, declaró Farmer al The New York Times al ser consultada sobre un informe recientemente publicado que detalla su denuncia, describiéndose a sí misma como “reivindicada”. “No puedo creerlo. Ya no pueden llamarme mentirosa”.
“Deberían estar avergonzados”, continuó. “…Dañaron a todas estas niñas. Esa parte me devasta”.
Farmer ha afirmado públicamente durante años que intentó informar a las autoridades sobre el comportamiento depredador de Epstein y su madame, Ghislaine Maxwell. Hasta que se publicó el último lote de archivos de Epstein el viernes pasado, el FBI no había confirmado públicamente que ella había presentado esa queja. Farmer enfrentó acusaciones de que había fabricado su historia sobre acudir a las autoridades federales.
El Departamento de Justicia publicó miles de documentos sobre Epstein el viernes y sábado, como lo exige la Ley de Transparencia de Archivos de Epstein. El nombre de Farmer fue redactado en la queja incluida en el lote de archivos, pero ella ha confirmado que se refería a su caso.
“La denunciante [declaró] que es una artista profesional y tomó fotos de sus hermanas de 12 y 16 años para su propia obra de arte personal”, detalló la queja. “Epstein robó las fotos y los negativos y se cree que vendió las imágenes a posibles compradores. Epstein en un momento le pidió [redactado] que tomara fotos de niñas pequeñas en piscinas. EPSTEIN ahora está amenazando [redactado] con que si le cuenta a alguien sobre las fotos, él quemará su casa”.
Farmer ha afirmado que no recibió respuesta del FBI durante casi una década después de presentar la denuncia. La investigación de la agencia ayudó a conducir al infame acuerdo de culpabilidad que Epstein aceptó en 2008.
Al reflexionar sobre su queja, Farmer señaló que no capturó todas sus preocupaciones, subrayando que quería que los investigadores federales examinaran a los confidentes de Epstein y tenía problemas más específicos con Maxwell, en particular. La queja publicada por el FBI no incluyó ninguna mención a Maxwell u otros poderosos confidentes en la órbita de Epstein.
Farmer explicó previamente que dejó de trabajar para Epstein después de un incidente de agresión sexual, y luego descubrió que las fotos pornográficas de sus hermanas menores de edad habían desaparecido. La hermana de Farmer, Annie, testificó públicamente en el juicio de Maxwell que fue al rancho de Epstein a los 16 años y se metió en la cama para “acurrucarse” con la cómplice del difunto depredador sexual.
Brad Edwards, un abogado que ha representado a numerosas víctimas de Epstein, exigió una investigación sobre el “vergonzoso” episodio del gobierno al mantener oculta la queja de Farmer. “Debería haber una investigación completa sobre cada empleado del gobierno que supiera sobre este documento y permitió que se publicara una narrativa de que no existía”, dijo Edwards al New York Times.
Farmer también había presentado una queja ante el Departamento de Policía de Nueva York. The Post se comunicó con el FBI para obtener comentarios, sin respuesta al cierre de esta edición.
Críticos, incluido el representante de tendencia libertaria Thomas Massie (R-Ky.), coautor de la Ley de Transparencia de Archivos de Epstein, han acusado a la administración Trump de no cumplir con la ley al no publicar todos los documentos en la fecha establecida. Los detractores también criticaron el nivel de redacciones en los archivos de Epstein publicados.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**