Aston Martin lleva tiempo mirando más al futuro que al presente. Y ahora, con la temporada 2025 ya en el retrovisor tras el fin de temporada de hace semanas en Abu Dhabi, ese futuro tiene una fecha marcada en rojo: 2026. El nuevo reglamento técnico promete resetear la Fórmula 1 y, para un proyecto ambicioso como el de Silverstone, supone tanto una oportunidad como una prueba definitiva de credibilidad.
Mike Krack, jefe de operaciones en pista del equipo, atendió a los medios —entre ellos Motorsport.com— con un discurso tan realista como revelador. Sin promesas grandilocuentes, sin esconder las carencias, pero dejando claro dónde está la clave de todo: el coche.
“Necesitas un coche rápido. Creo que es la clave“, resumió Krack con una franqueza poco habitual en la F1 moderna. “El funcionamiento de los equipos es de muy alto nivel. Es el rendimiento puro de los coches lo que marca la diferencia”.

Una frase que explica muchas cosas. Porque Aston Martin no ha sido, ni mucho menos, el equipo que aspiraba a ser durante la era del efecto suelo. Más allá del espejismo de 2023, el proyecto ha vivido una travesía decepcionante para una estructura que quiere sentarse en la misma mesa que Ferrari, Mercedes o Red Bull.
Un reglamento agotado… y una parrilla comprimida al límite
Krack puso el foco en uno de los grandes problemas del actual ciclo técnico: la extrema igualdad. Tras cuatro años de reglamento, cualquier ventaja —o desventaja— se amplifica.
“Si ves ahora, en el cuarto año de reglamento, lo igualado que está todo… márgenes muy pequeños… Si tienes una pequeña ventaja en el coche, todo es más fácil“, explicó.
En ese contexto, Aston Martin ha pagado caro no haber acertado con el desarrollo. El AMR25 nunca fue un coche competitivo y, aunque el equipo terminó séptimo en el campeonato —en gran parte gracias a Fernando Alonso—, ni el rendimiento ni la ejecución en pista estuvieron a la altura de un ‘equipo grande’. Errores estratégicos, fallos en boxes y decisiones discutibles se acumularon durante todo el año.
2026: un reset que puede cambiarlo todo
Por eso, el cambio de reglamento es visto en Silverstone como una tabla de salvación… pero también como un examen sin red. “Empezando un nuevo reglamento, el campo estará más separado. No creo que sea como ahora“, apuntó Krack.
Ahí entra en juego el verdadero Aston Martin que se está construyendo desde hace tiempo: nuevo campus, túnel de viento propio, simulador de última generación, caja de cambios diseñada internamente y una estructura humana que ha crecido de forma exponencial. Todo, claramente, con la vista puesta en 2026.
“En 2022 todavía estábamos en el viejo edificio… Ahora tenemos un túnel de viento completo, un campus enorme, tenemos que hacer nuestra propia caja de cambios, un banco de potencia para la caja de cambios, un nuevo simulador”, enumeró Krack.
“Esto no debería valer como excusa, pero estos son los hechos”.
Un matiz importante: Krack no quiere esconderse detrás de las infraestructuras. Las menciona para contextualizar, no para justificarse.
Humildad, procesos… y aprovechar el día que llegue el coche
Foto de: Aston Martin Racing
La llegada de nombres como Adrian Newey o Enrico Cardile, junto con el proyecto de motor propio con Honda, refuerzan la sensación de que Aston Martin se ha armado para el gran salto. Pero Krack insiste en que no basta con tener herramientas: hay que saber usarlas.
“Somos muy humildes ante los retos que tenemos por delante“, afirmó.
“Primero necesitamos un coche fiable, luego un buen coche y después sacarle el máximo partido“.
Ahí aparece uno de los grandes debe del equipo en los últimos años: la ejecución en pista. Porque, incluso sin un coche ganador, Aston Martin tampoco ha demostrado todavía la solidez operativa de los grandes. “Si queremos desarrollar el equipo y convertirnos en un equipo grande… tenemos que dar estos pasos“, remarcó.
Y cuando se le preguntó directamente si Aston Martin puede luchar por el título en 2026, Krack frenó cualquier tentación de vender humo.
“No hemos visto ni un solo coche en pista… quizá podamos posponer estas preguntas seis meses”.
Preparados… incluso sin sentirse preparados
La reflexión final de Krack resume el estado actual del proyecto: ambición contenida, pero sin margen para fallar cuando llegue el momento.
“Aunque no te sientas preparado, tienes que estarlo“, sentenció. “Tenemos que poner a punto todos nuestros procesos para el día que tengamos el coche”.
Porque en 2026 ya no habrá excusas. Aston Martin ha invertido como un grande, ha fichado como un grande y quiere competir como un grande. Ahora solo falta lo más difícil: demostrarlo en la pista.
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