Un jurado federal declaró culpable de obstrucción a la jueza del condado de Milwaukee, Hannah Dugan, quien fue acusada en abril por los fiscales federales de obstrucción, un delito grave, y de ocultar a un individuo para evitar su arresto, un delito menor, al considerar probado que ayudó a un inmigrante de origen mexicano a evadir un arresto fuera de su sala de audiencias.
El panel, integrado por siete hombres y cinco mujeres, absolvió a Dugan del cargo menor de ocultar a una persona buscada, pero la encontró culpable de obstrucción, delito por el que podría enfrentar hasta cinco años de prisión.

Durante la lectura del fallo, la jueza, de 66 años y con nueve años en el cargo, permaneció inexpresiva. No se fijó de inmediato una fecha para la sentencia.
El veredicto, emitido tras más de seis horas de deliberaciones, marca un precedente inédito en Estados Unidos y profundiza el choque entre el poder judicial y la administración del presidente Donald Trump en materia migratoria.
Un caso que sacudió a los tribunales
El proceso colocó a Dugan en el centro de la controversia nacional sobre la ofensiva migratoria de Trump. Los hechos se remontan al 18 de abril, cuando la jueza presidía una audiencia de delitos menores en el Palacio de Justicia del Condado de Milwaukee.
Ese día, agentes federales acudieron al tribunal para arrestar a Eduardo Flores-Ruiz, un mexicano de 31 años acusado de agresión y que había reingresado ilegalmente al país en 2013.
Según el gobierno, Dugan fue informada de la presencia de los agentes y salió al pasillo para confrontarlos. Luego los dirigió a la oficina del juez presidente, mientras adelantaba el caso de Flores-Ruiz y lo conducía, junto con su abogado, por una salida no pública hacia un pasillo interno. El inmigrante fue finalmente detenido tras una breve persecución fuera del edificio y posteriormente deportado.
Los fiscales sostuvieron que estas acciones no fueron rutinarias y crearon deliberadamente una “ventana” para facilitar la huida. Presentaron videos y audios del tribunal para reforzar su argumento.
“Las acciones de la acusada brindaron una oportunidad para que un sujeto buscado huyera de un entorno seguro. No pretendíamos dar un ejemplo. Esto era necesario para responsabilizar a la jueza Dugan por las acciones que tomó”, declaró el fiscal federal interino Brad Schimel. “No hay un componente político en esto”.
Defensa anuncia batalla legal
El abogado de Dugan, Steven Biskupic, subrayó que el jurado emitió un veredicto dividido y adelantó que solicitarán la anulación de la condena. “El caso está lejos de terminar”, dijo, al señalar que los elementos de ambos cargos eran similares. La defensa insistió en que la jueza actuó siguiendo protocolos internos y que no tuvo intención de obstruir.
Durante el juicio, la fiscalía presentó a 19 testigos, incluidos agentes federales y jueces, mientras que la defensa llamó a colegas judiciales, a un defensor público y al exalcalde de Milwaukee, Tom Barrett. Dugan no testificó.
El caso, el primero en el que un juez estatal enfrenta un juicio por obstrucción a agentes migratorios, ha generado protestas y reavivado el debate sobre hasta dónde llega la autoridad judicial frente a las acciones de inmigración.
Para muchos, el fallo representa un mensaje contundente; para otros, una señal preocupante sobre la criminalización de decisiones judiciales en un clima político polarizado.
Sigue leyendo:


