¿Puede la reducción del narcotráfico internacional frenar el microtráfico en República Dominicana?

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Ramón A. Rodríguez Veras, general ® de la Policía Nacional, graduado en Seguridad Pública y Alto Mando policial en la Academia de Ciencias Policiales de Carabineros de Chile, Ciencias Políticas y Gestión Pública en el Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad de Chile y Licenciado en Administración de Empresas, analiza el vínculo entre el tráfico internacional y el mercado local de drogas.

La República Dominicana ha funcionado históricamente como país de tránsito en las rutas del narcotráfico entre Sudamérica, el Caribe, Europa y Norteamérica. Esta condición expone al país a flujos constantes de estupefacientes —fundamentalmente cocaína— que transitan por su territorio, mar y espacio aéreo. Sin embargo, esta realidad no solo tiene implicaciones internacionales: también alimenta el microtráfico interno y la disponibilidad de drogas en mercados locales.

En ese contexto, cualquier medida que contribuya a reducir efectivamente el tránsito internacional —como el reciente acuerdo temporal de cooperación antidrogas con Estados Unidos— podría tener repercusiones positivas para la seguridad ciudadana y la salud pública dominicana. Este artículo analiza cómo una reducción del flujo internacional de drogas puede generar efectos colaterales beneficiosos sobre el microtráfico doméstico, y cuáles condiciones resultan claves para que ese beneficio se concrete.

**El vínculo entre tránsito internacional y microtráfico interno**

Para muchas redes criminales, países como RD no son destino final, sino puntos de paso. No obstante, la lógica del narcotráfico transnacional con frecuencia implica una “paga en especie”: parte de la droga se deja en el país de tránsito como forma de compensación a quienes facilitan el paso, para sobornos, para logística, pago de “servicios”, etc. Este mecanismo —documentado en análisis sobre rutas internacionales en América Latina y el Caribe— contribuye de forma significativa a que haya un mercado interno accesible.

Por tanto, si las rutas internacionales se cortan, disminuyen los cargamentos grandes y la frecuencia del tránsito, ese flujo de “excedentes” o “pagos en especie” se reduce, lo que disminuye la oferta disponible para microtráfico. En otras palabras: menos tránsito, menos insumos para venta local.

**Reducción de oferta, aumento del costo y barreras de acceso**

Con menor oferta internacional, la disponibilidad de droga en puntos de venta locales puede descender; la escasez tiende a aumentar los precios, lo que encarece el producto para consumidores y revendedores. Con precios más altos, el mercado de microtráfico puede volverse menos rentable, lo que puede disuadir a muchos de dedicarse a esa actividad. Este fenómeno ha sido observado en distintos contextos de control de oferta: cuando la disponibilidad disminuye, los mercados tradicionales tienden a contraerse, si no hay sustitutos fáciles o rutas alternas robustas.

**Oportunidad para repensar la política de drogas: oferta + demanda**

La reducción del tránsito provee una “ventana de oportunidad”: tiempo y espacio para que el Estado y la sociedad desarrollen políticas de prevención del consumo, rehabilitación, salud pública, alternativas sociales y económicas. Muchas experiencias exitosas en la región coinciden en que para controlar el problema de drogas no basta con reducir la oferta: es necesario atacar también la demanda, con un enfoque integral. En ese sentido, reducir el tránsito puede ser la condición necesaria —pero no suficiente— para generar una reducción sostenida del microtráfico y sus efectos negativos.

**Limitaciones y riesgos: por qué no basta con “cerrar rutas”**

Sin embargo, el vínculo entre tránsito y microtráfico no es mecánico ni automático. Las redes delictivas tienen la capacidad de adaptarse y diversificar estrategias. Algunas de las limitaciones más frecuentes:

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* **Adaptación de rutas:** Ante la presión sobre rutas principales, los traficantes muchas veces rediseñan rutas secundarias, emplean “mulas” más pequeñas, o recurren a transportes fragmentados y redes más dispersas. Estudios recientes muestran que tras esfuerzos de interdicción, las rutas tienden a reconfigurarse hacia zonas menos vigiladas, más difíciles de controlar.
* **Persistencia de demanda interna:** Si el consumo doméstico ya está arraigado, con base en factores sociales —pobreza, marginalidad, exclusión, falta de oportunidades— la demanda interna puede mantenerse aún con menor oferta exterior. En esos casos, el microtráfico puede mantenerse, aunque en formas distintas (menor escala, mercados más cerrados, distribución discreta).
* **Diversificación de actividades ilícitas:** Las organizaciones criminales muchas veces no dependen exclusivamente del narcotráfico. Ante la restricción de oferta, pueden volverse hacia otras actividades: drogas sintéticas, mezclas, otras economías ilegales, lo que en la práctica reduce el impacto esperado.
* **Necesidad de un enfoque integral:** La experiencia internacional demuestra que las políticas exclusivas de control de la oferta suelen tener efectos limitados a mediano plazo. Para lograr una reducción real y sostenible del microtráfico, es necesario combinar interdicción con prevención, salud pública, rehabilitación, desarrollo social y fortalecimiento institucional.

**¿Qué tipo de beneficio puede tener República Dominicana? — Un escenario posible**

Si el reciente acuerdo de cooperación para combatir el narcotráfico cumple con su objetivo de reducir de manera significativa el tránsito internacional de drogas por RD, y si ese esfuerzo se acompaña de políticas inteligentes, bien coordinadas y con visión de largo plazo, el país podría beneficiarse de la siguiente manera:

* **Reducción paulatina del microtráfico interno:** Menor oferta internacional → menos insumos disponibles → menos puntos de venta → mercados más pequeños y menos accesibles. Esto tendería a disminuir la incidencia del microtráfico, especialmente en zonas urbanas vulnerables.
* **Encarecimiento relativo de las drogas:** Precios más altos y menor disponibilidad pueden reducir el consumo —o al menos hacerlo menos accesible—, en especial para consumidores casuales o de recursos limitados.
* **Espacio para políticas de prevención y rehabilitación:** Al disminuir la presión del tráfico, el Estado puede redirigir recursos —o aprovechar la “ventana” creada— para fortalecer programas de salud pública, prevención de adicciones, educación, inclusión social, empleo alternativo. Esto puede atacar las raíces del problema (demanda, marginalidad, exclusión), y lograr un impacto más sostenible.
* **Mejoramiento de la gobernabilidad y la seguridad ciudadana:** Disminuir el microtráfico contribuye a reducir violencia, criminalidad de baja escala, economías informales ilícitas, inseguridad local — lo que tiene efectos positivos en la cohesión social, percepción ciudadana de seguridad y calidad de vida.

**Recomendaciones para aprovechar la oportunidad: lineamientos para una política nacional**

Para que República Dominicana aproveche efectivamente esta oportunidad y maximice los beneficios de una eventual reducción del tránsito de drogas, convendría:

1. **Desarrollar una estrategia nacional de drogas integral:** combinar interdicción (control de oferta) con programas de reducción de demanda (prevención, tratamiento, rehabilitación, inclusión social).
2. **Fortalecer instituciones de control, supervisión y transparencia:** asegurar que las incautaciones, operativos y acuerdos de cooperación estén acompañados de rendición de cuentas, respeto a derechos humanos, y participación ciudadana.
3. **Implementar programas sociales y de desarrollo económico en zonas vulnerables:** generación de empleo, educación, oportunidades alternativas para quienes podrían ser vulnerables al reclutamiento por microtráfico.
4. **Realizar seguimiento e investigación:** recopilar datos sobre consumo, mercados locales, oferta y demanda, para ajustar políticas con evidencia. Crear observatorios nacionales de drogas, estudios de demanda, mapas de riesgo comunitario.
5. **Fomentar una narrativa pública responsable:** educar sobre los riesgos del consumo, estigmatización responsable, políticas de salud pública, sensibilización comunitaria.

Reducir el tránsito internacional de drogas por República Dominicana —a través de cooperación internacional, operativos eficientes y controles institucionales— puede abrir una oportunidad real para frenar el microtráfico interno, mejorar la seguridad ciudadana y avanzar hacia un enfoque más sano, social y humano del problema de las drogas. Pero ese beneficio no está garantizado: depende de decisiones conscientes, políticas integrales, institucionalidad fuerte y una visión de largo plazo que no se limite a la represión, sino que aborde las causas estructurales de la demanda y la marginalidad.

En otras palabras: la caída de las rutas no basta, pero puede ser un punto de inflexión — si decidimos aprovecharla con responsabilidad y compromiso colectivo.

**REDACCIÓN FV MEDIOS**