
La Comisión Europea ha propuesto este martes definitivamente poner fin al veto a la venta de coches de combustión en el año 2035, por lo que se podrán seguir vendiendo coches de este tipo más allá de esa fecha. El Ejecutivo comunitario cede así a la presión ejercida por Alemania e Italia y ante las protestas de la industria automotriz por la ralentización de la demanda de eléctricos, la creciente competencia china y los aranceles de Estados Unidos. Es la medida principal del paquete ómnibus sobre el automóvil presentado en Estrasburgo.

El objetivo del recorte de emisiones será ahora del 90% para esa fecha, por lo que el otro 10% se podrá mantener a partir de 2035, que era la meta que inicialmente planteó Bruselas. Eso sí, se exigirá medidas compensatorias: los fabricantes tendrán que ganar “créditos”, que obtendrán mediante el uso de acero bajo en carbono producido en Europa y del empleo de biocombustibles y de combustibles sintéticos.
España ya anticipó que no está de acuerdo con este paso, un rechazo que también han expresado desde Francia. “Creemos que debemos seguir con esa ‘hoja de ruta’ que se trazó con el fin de la comercialización de vehículos de combustión en el año 2035”, comentó también este martes la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, en el marco precisamente de la reunión en Bruselas de ministros del ramo. Ve compatible esa restricción, dijo, con “ofrecer señales claras” a la industria ante la incertidumbre global y recordó que los coches representan el 15% de las emisiones en toda la UE, por lo que ha pedido “responsabilidad” en la lucha contra el cambio climático.
Fuentes comunitarias confirmaron, eso sí, que este cambio no significa que no se vaya a alcanzar el objetivo de neutralidad climática, porque cualquier emisión residual tendrá que compensarse mediante el uso de los llamados créditos de carbono que ahora está introduciendo la UE. Los créditos pueden obtenerse mediante el uso de combustibles renovables sostenibles o mediante el uso de acero de bajo carbono fabricado en la UE.
Por otro lado, los vehículos ligeros, es decir, las furgonetas tendrán que cumplir un objetivo de reducción de emisiones del 40%. Según las fuentes, este es un segmento que va un poco más rezagado en el desarrollo de los vehículos de cero emisiones. En este caso se da un periodo de tres años, con flexibilidad para que puedan cumplir, entre 2030 y 2032, tal como ha confirmado Bruselas.
Quien sí ha celebrado por ejemplo este giro es el líder del Partido Popular Europeo, Manfred Weber. “Mi plan era claro: quiero frenar el populismo en Europa, quiero luchar contra el populismo en Europa y quiero quitar a los populistas los motivos de ataque contra Europa. Y, una vez más, la idea de prohibir tecnologías es uno de esos puntos de ataque. Lo vimos en las elecciones checas, donde un partido del automóvil fue elegido para el Parlamento”, resumió desde Estrasburgo; ve este nuevo enfoque “razonable” y con una “perspectiva económica” acertada para la industria.
Por otro lado, la Comisión Europea también se plantea potenciar “el coche eléctrico pequeño y asequible” para que se pueda facilitar su compra en toda la UE. “Aportaría simplificación para las empresas, reforzaría la viabilidad económica de fabricar pequeños vehículos eléctricos asequibles de forma rentable en Europa y reduciría el precio para los consumidores”, explican en el documento presentado este martes, que sigue las pautas marcadas ya por la presidenta Ursula von der Leyen en septiembre de este mismo año.
En este sentido, se introduce una nueva disposición para que los coches eléctricos pequeños, que se fabriquen en la UE, reciban supercréditos para su desarrollo, explican desde el Ejecutivo comunitario. Se trata de una herramienta regulatoria, dicen, que ayuda a los fabricantes y, por lo tanto, también impulsa el desarrollo de vehículos pequeños y asequibles en el mercado, porque es ahí donde todavía la UE está rezagada; la Comisión considera que el mercado masivo de vehículos va en esa dirección.
El impulso a la industria, dicen, también entra dentro del paquete. Así, con 1.800 millones de euros, el llamado Battery Booster acelerará el desarrollo de una cadena de valor de baterías fabricadas íntegramente en la UE. Del total, 1.500 millones de euros se destinarán “a apoyar a los productores europeos de celdas de baterías mediante préstamos sin intereses”. Asimismo, el Ejecutivo comunitario insiste en la reducción de la burocracia: se espera que las empresas ahorren aproximadamente 706 millones de euros al año, lo que elevará el ahorro administrativo gracias a todos los paquetes de medidas y las iniciativas de simplificación que la Comisión ha presentado hasta ahora a unos 14.300 millones de euros al año, explican desde Bruselas.
Entre otras cosas, la Comisión Europea propone reducir el número de actos de derecho derivado que se adoptarán en los próximos años y racionalizar las pruebas para las nuevas furgonetas y vehículos de pasajeros. Esto reducirá los costes, al tiempo que se mantendrán los más altos niveles de protección del medio ambiente y de seguridad. La implantación de las furgonetas eléctricas en el transporte nacional se apoya en medidas que las equiparan a las furgonetas de combustión interna en lo que respecta a los tiempos de descanso y las normas aplicables a los conductores, termina el comunicado.
Desde Bruselas las fuentes de la Comisión consideran que estos cambios dan certidumbre y previsibilidad a largo plazo para el inversor a lo largo de la cadena de valor de las cero emisiones, al tiempo que se ofrecen algunas flexibilidades a los fabricantes en la forma en que pueden cumplir el objetivo de neutralidad tecnológica sin olvidar la neutralidad climática, que si bien ahora es un objetivo desdibujado, ha sido una de las grandes metas desde que Ursula von der Leyen asumió el liderazgo del Ejecutivo comunitario en el año 2019.
“Este paquete será un salvavidas para la industria automovilística europea. Estamos utilizando todos los recursos a nuestro alcance: simplificación, flexibilidad, preferencia europea, apoyo específico e innovación“, ha reaccionado el vicepresidente de la Comisión Europea, Stephane Sejourné, en la misma línea que la presidenta Von der Leyen: “A medida que la tecnología transforma rápidamente la movilidad y la geopolítica remodela la competencia mundial, Europa se mantiene a la vanguardia de la transición limpia a nivel mundial”.


