Un análisis difundido por Martínez Brito destacó un episodio tenso reciente en la frontera dominico-haitiana, la reacción de los guardias involucrados y los cuestionamientos posteriores sobre las decisiones tomadas por sus superiores inmediatos.
El material describe una situación crítica ocurrida un jueves reciente, cuando dos guardias dominicanos enviaron notas de voz alertando sobre un grupo hostil procedente del lado haitiano.
En los mensajes, señalaron que la escena estaba complicada y que los individuos respondían con fuerza, con detonaciones, mientras pedían ser retirados de la zona ante el ambiente inestable.
Según la fuente, se trató de una turba no identificada claramente, cuyos miembros pudieron ser civiles, bandas o militares haitianos, lo que generó incertidumbre sobre su procedencia.
Los guardias, tras resistir, agotaron sus municiones disponibles, lo que evidenció limitaciones de equipamiento señaladas repetidamente en el análisis.
La duración aproximada de quince a veinte minutos fue citada como indicador de un intercambio sostenido que superó una situación breve o aislada.
Cuando los refuerzos arribaron al puesto fronterizo, la fuente indicó que el regimiento completo fue puesto bajo medidas disciplinarias ordenadas por niveles superiores.
Los mandos preguntaron por qué se respondió con armas de fuego, insinuando reglas internas que supuestamente obligaban a tolerar provocaciones iniciales sin una reacción equivalente.
Ese proceder habría buscado evitar que los medios conocieran el episodio, manteniendo a los involucrados incomunicados y sin interacción con periodistas, según la narrativa difundida.
La crítica presentada señaló que esa decisión podría desmotivar al personal, al percibir que un procedimiento de defensa podría derivar en sanciones administrativas inmediatas.
El material incluyó observaciones sobre municiones de calidad irregular, cargadores incompletos y armas largas propensas a fallar por calor o resequedad durante situaciones prolongadas.
Se mencionó que la munición trazadora se empleaba solo para advertencias y que, según la fuente, suministros mejores circulaban entre grupos delictivos.
También se cuestionó el uso de grupos de WhatsApp para emergencias fronterizas, lo que expondría a los guardias a demoras y fallas de comunicación esenciales.
El análisis vinculó estas falencias con denuncias previas sobre extravíos de armas y deficiencias en organismos de inteligencia que deberían monitorear estas zonas críticas.
La exposición amplió el enfoque recordando tensiones en torno al canal del río Masacre y la participación de distintas figuras haitianas en escenarios fronterizos.
Incluyó referencias a comentarios atribuidos a la embajadora estadounidense Lía Francis Campos sobre presiones externas y riesgos percibidos para la soberanía dominicana.
También se afirmó que incidentes protagonizados por haitianos recibirían menor cobertura internacional que cualquier hecho que afectara a ciudadanos de ese país en territorio dominicano.
El análisis mencionó episodios locales, como un caso donde un niño dominicano falleció tras manipular un cable eléctrico que había sido intervenido por un menor haitiano.
Según la fuente, este tipo de sucesos se sumaría a un sentimiento de hartazgo social y a percepciones de impunidad dentro del clima nacional reciente.
La fuente exigió la libertad del cabo Ramírez Malco, del raso Vázquez de Paula, del raso Rafael Aquino, del raso Pérez Givel y del raso Bautista Francisco.
Sostuvo que están bajo medidas por responder en un escenario hostil y que no deberían recibir sanciones tras haber actuado en un puesto fronterizo.
El discurso afirmó que ante armas de fuego la reacción natural sería responder, advirtiendo que grupos numerosos podrían intentar cruzar la frontera en algún momento.
Concluyó que ocultar hechos y castigar reacciones legítimas podría desmotivar seriamente al personal militar y afectar la protección territorial dominicana.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**