Una ola de emoción invadió a Chris DeMarco al llegar al Barclays Center el martes por la mañana. Su rostro, con el mensaje ‘Bienvenido a Nueva York, entrenador en jefe Chris DeMarco’, se iluminó en las pantallas LED fuera de la arena, su nueva oficina. ‘Fue surrealista’, dijo DeMarco el miércoles. ‘Crecí en Long Island, y Nueva York siempre se ha sentido como mi hogar. Tener esta oportunidad de ser entrenador en jefe de una gran organización es realmente un sueño’.
La búsqueda de dos meses de los Liberty concluyó a finales del mes pasado con la contratación de DeMarco, un asistente de larga data de los Warriors que también dirigió a la selección nacional masculina de Bahamas en la preparación para los Juegos de París 2024.
DeMarco encaja en el perfil que el gerente general Jonathan Kolb y su equipo buscaban para el próximo entrenador del equipo: un nivel de confianza táctica de élite, un estilo de liderazgo establecido con profunda curiosidad por el juego, una determinación inquebrantable para descubrir cada ventaja estratégica y una comprensión profunda de los hábitos que construyen una dinastía.
DeMarco demostró tener todo eso y más para ofrecer, y está ansioso por el viaje lleno de presión que le espera. ‘Si alguna vez practicaste algún deporte y eres competitivo, esto es lo que quieres. Quieres estar rodeado de los mejores jugadores del mundo. Quieres estar en las mejores situaciones para tu carrera y quieres una oportunidad de ganar’, dijo DeMarco. ‘Y si no, entonces probablemente esta no sea la carrera adecuada para ti’.
Los Liberty, a solo un año y poco más de ganar el primer título de la franquicia en la WNBA, se niegan a ser un éxito fugaz. Quieren construir un éxito sostenido. ¿Y quién mejor para traer que alguien que ha sido parte de una de las mayores dinastías modernas del baloncesto?
La huella de DeMarco está en cuatro de los trofeos Larry O’Brien en el Chase Center. Trabajó para los Warriors —primero bajo Mark Jackson y luego Steve Kerr— los últimos 14 años. Comenzó como coordinador de video y ojeador antes de ser ascendido a director de desarrollo de jugadores y luego a entrenador asistente.
DeMarco ascendió a una codiciada posición en el banquillo principal esta temporada y sirve como mano derecha de Kerr, dirigiendo la defensa del equipo, que está clasificada entre las tres mejores de la NBA esta temporada. En total, ha estado en el banquillo para 171 partidos de playoffs y seis viajes a las Finales de la NBA.
DeMarco no tiene antecedentes en baloncesto femenino. Dijo que seguía la WNBA desde lejos como aficionado. Pero está listo para dejar su impacto en la liga. Comenzó a considerar dar el salto a ser entrenador en jefe después de liderar a Bahamas en una histórica carrera que estuvo a punto de lograr el debut olímpico del país en baloncesto masculino.
‘Cuando surgió esta oportunidad, e hice solo un poco de investigación, fue una decisión obvia’, dijo DeMarco. ‘Esta es la mejor oportunidad en la WNBA’.
DeMarco habló con el gerente general de Mercury y exmiembro del personal de los Warriors, Nick U’Ren, el entrenador de Mercury y exasistente de Magic, Nate Tibbetts, y la entrenadora en jefe de Valkyries, Natalie Nakase, sobre la transición de la NBA a la WNBA.
Aunque técnicamente sigue trabajando para los Warriors hasta fin de año —dijo que su último partido será el de Golden State del 29 de diciembre en Brooklyn—, DeMarco ha estado usando su tiempo libre revisando grabaciones de la WNBA. Dijo que también ha comprado todos los libros sobre los Liberty disponibles en línea.
DeMarco cree que los Liberty tienen una base sólida. Se espera que Breanna Stewart y Sabrina Ionescu, ambas agentes libres, regresen. Los Liberty tienen bajo contrato a Nyara Sabally y Leonie Fiebich, y los derechos de otras jugadoras, incluyendo a Betnijah Laney-Hamilton y Marine Johannès (entre otras).
Todas fueron miembros del equipo campeón de 2024. Todas saben lo difícil que es reclamar el primer lugar de la liga. Él está fijando sus miras alto y abrazando el foco de atención. ‘Para 2026, obviamente tenemos aspiraciones de campeonato’, dijo DeMarco. ‘Ese siempre será el objetivo. Se trata de desarrollar jugadoras, construir la cultura correcta y asegurarnos de ser competitivos en cada partido’.
Este es un momento de cierre de ciclo para DeMarco, quien vivió en Long Island hasta el primer grado antes de mudarse a Appleton, Wisconsin. Su difunto padre, Sal, era un neoyorquino nato, con el acento marcado y todo. Solía visitar a la familia y hacer viajes a Jones Beach cada verano.
Su padre desarrolló la reputación en el pequeño pueblo de Wisconsin como el entrenador ‘que a veces era un poco intenso para el Medio Oeste’, dijo DeMarco. ‘Siempre me ha atraído la ciudad’, continuó. ‘Y de nuevo, hablé sobre el pedigrí de campeonato aquí. Quiero ir a un lugar donde tengamos la oportunidad de ganar y con el apoyo de la propiedad y la forma en que la propiedad se alinea con la gerencia y ahora el entrenador en jefe. Esta es solo una oportunidad emocionante’.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**