TAMPA, Fla. — Por segunda vez en menos de una semana, los Islanders no tuvieron un partido particularmente bueno ante los Lightning. Y, por segunda vez en ese mismo lapso, lograron vencerlos. Una actuación superlativa de Ilya Sorokin condujo a los Islanders a una victoria por 2-0 sobre Tampa en el Amalie Arena, otorgándole a Mathieu Darche el triunfo frente a su antiguo empleador en su primer partido de regreso en Florida.
En términos generosos, podría decirse que los Islanders se esforzaron por conseguir una victoria de visitante. Con mayor precisión, Sorokin los mantuvo en el juego hasta que finalmente se abrieron paso con el gol en power play de Cal Ritchie —anotado entre las piernas— en el tercer período, y desde allí supieron gestionar el resultado.
Defensivamente, la estructura que había sido sólida durante la reciente racha de siete partidos en casa se mostró más frágil de lo que al equipo le hubiera gustado. Desde el inicio, los Lightning generaron oportunidades alrededor del área de portería y mantuvieron la circulación del disco.
Sorokin, sin embargo, está jugando al mejor nivel que ha mostrado en los últimos dos años. A excepción de su manejo del puck —que generó otro momento de peligro en el primer período cuando falló un intento de despeje por la banda—, no hay aspecto de su juego que parezca vulnerable.
Scott Mayfield y Anthony Duclair golpearon el poste durante el segundo período, pero, en esencia, la única razón por la que los Islanders no llegaban al tercer período en desventaja abultada era el hombre que defendía la portería.
Tampa había generado 12 oportunidades de alto peligro en los primeros 40 minutos, incluyendo una jugada caótica frente a la red en la que Sorokin perdió su stick durante un power play, y aún así el marcador permanecía inalterado.
Los Islanders finalmente tuvieron su oportunidad cuando Brandon Hagel recibió una doble penalidad menor por golpe alto a los 10:14 del tercer período, una decisión que provocó un vehemente desacuerdo del entrenador de los Lightning, Jon Cooper.
Cal Ritchie convirtió a los 2:31 del power play de cuatro minutos (12:45 del tercer período), al tomar un rebote en la pared de fondo y anotar entre sus piernas en el poste izquierdo. Un gol para el recuerdo, en una noche con muy pocos momentos destacables.
Ritchie había comentado a principios de semana que está jugando con mayor confianza y menos temor a cometer errores. Esa actitud se materializó en la obtención de dos de los puntos más difíciles de ganar que los Islanders han conseguido en toda la temporada.
Los Lightning no dejaron de tener oportunidades en el tramo final, pero Sorokin, imperturbable durante toda la noche, no estaba dispuesto a dejar escapar la victoria.
Casey Cizikas selló el resultado con un gol en portería vacía a solo 1.6 segundos del final.
Los Islanders, por supuesto, no pueden ser criticados por aprovechar una oportunidad y capitalizarla. Tampoco por sentir orgullo tras una racha de tres victorias consecutivas, todas ante contendientes de la Copa Stanley, y las dos últimas con sus padres y mentores acompañándolos.
Los dos puntos les permitieron superar a los Penguins y ascender al tercer puesto de la División Metropolitana —aunque con tres partidos más disputados— y mantenerse a un punto de distancia de los Hurricanes.
Además, aunque no afecta directamente sus perspectivas de playoffs en este momento, será un motivo de orgullo para Darche que, con 35 puntos, los Islanders superen ahora por un punto a los Lightning, gracias a sus dos victorias sobre Tampa en cuestión de días.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**