Temporada de caza del oso negro de Florida inicia por primera vez en una década

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Por primera vez en una década, cazadores armados con rifles y ballestas se despliegan por los pantanos y llanuras de Florida para cazar legalmente al oso negro de Florida, ante la oposición de grupos conservacionistas.

La caza autorizada por el estado comenzó el sábado, tras recibir más de 160,000 solicitudes para un número mucho más limitado de permisos. Entre los solicitantes hay opositores que buscan reducir la cantidad de osos que serán abatidos en esta temporada, la primera desde 2015.

La Comisión de Conservación de Vida Silvestre y Pesca de Florida (FWC) otorgó 172 permisos mediante un sorteo aleatorio, permitiendo a los cazadores abatir un oso cada uno en áreas donde la población se considera suficiente.

Al menos 43 de los permisos fueron asignados a opositores que no tienen intención de usarlos, según el capítulo de Florida del Sierra Club, que animó a los críticos a solicitarlos para salvar ejemplares.

La población del oso negro de Florida es considerada un éxito de conservación, al crecer de apenas unos cientos en la década de 1970 a más de 4,000 en la actualidad. Los opositores han cuestionado la necesidad de la caza, pero no lograron que los tribunales la detuvieran.

**Detalles de la temporada 2025**
Los 172 cazadores seleccionados podrán abatir un oso cada uno durante la temporada, que se extiende del 6 al 28 de diciembre. Los permisos son específicos para una de las cuatro zonas designadas, cada una con una cuota basada en la población local.

Para participar, los cazadores deben tener una licencia válida y un permiso de captura, que cuesta $100 para residentes y $300 para no residentes, más tarifas adicionales. Cada solicitud tuvo un costo de $5.

**La caza como herramienta de gestión**
Según la FWC, la caza regulada ayuda a mantener poblaciones saludables y financia los esfuerzos de conservación. “Tener una caza anual garantizará fondos para seguir avanzando en la conservación de los osos”, declaró Mark Barton del grupo Backcountry Hunters and Anglers, que apoya la medida.

La agencia estatal considera la caza una herramienta efectiva para el manejo de vida silvestre a nivel global. En un documento oficial, advierten que, si las subpoblaciones más grandes continúan creciendo, en el futuro no habrá suficiente hábitat disponible.

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Los opositores, en cambio, califican la caza de cruel e innecesaria, argumentando que el verdadero problema es la expansión humana sobre el hábitat de los osos.

**Regulaciones más estrictas**
El plan de este año es más restrictivo que el de 2015, cuando se emitieron más de 3,700 permisos a cualquiera que pudiera pagarlos, lo que derivó en un evento caótico suspendido anticipadamente. En esa ocasión, de los 304 osos abatidos, al menos 38 eran hembras con crías, poniendo en riesgo a los oseznos.

Doug Moore, presidente de un club de caza local que gestiona tierras en el noreste de Florida, apoya las nuevas reglas. Aunque no recibió permiso este año, consideró que el manejo de 2015 fue “equivocado”, pero que “esta vez lo están haciendo bien”.

**Activistas obtienen permisos**
Los defensores de la caza argumentan que el aumento de osos representa un riesgo, con reportes de ejemplares en zonas residenciales. Los activistas, en respuesta, proponen mejoras en la gestión de residuos como alternativa.

Aunque no lograron detener la caza judicialmente, los opositores recibieron aproximadamente una cuarta parte de los permisos totales. “En algún lugar, un oso en el Panhandle tendrá una suspensión de ejecución gracias a mí”, dijo Joel Cleveland, opositor que obtuvo uno de los permisos.

**Redacción FV Medios**

**REDACCIÓN FV MEDIOS**