#Mundo:Mogherini, la inesperada jefa de la diplomacia europea que ha pasado de ser devota bruselense a dimitir por corrupción #FVDigital

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Nadie es intocable en Bruselas. Que se lo pregunten a Federica Mogherini, que este jueves dimitió como rectora del Colegio de Europa después de ser detenida y liberada con cargos por un presunto caso de fraude de fondos europeos en la asignación de estos por parte del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) a dicha institución académica. Ella ha estado, de hecho, al frente de ambos, y fue una de las figuras más relevantes en la capital comunitaria. Eso sí, su nombramiento en 2014 como Alta Representante fue una sorpresa para muchos y siempre se ha definido como una apasionada de las instituciones comunitarias; una devota del way of life bruselense que ahora ha caído en desgracia.

Mogherini fue Alta Representante de la UE entre 2014 y 2019, justo antes de que accediera al cargo Josep Borrell. Después la italiana pasaría directamente a ser rectora del Colegio de Europa, pilar fundamental en la formación del funcionariado europeo, con sedes en Brujas, Natolin y Tirana. Como jefa de la diplomacia europea tuvo que lidiar, entre otras cosas, con los estragos de la crisis migratoria de 2015, la guerra de Siria o la invasión y anexión rusa de Crimea. También dejó varios hitos diplomáticos destacados, como la conducción del acuerdo nuclear con Irán, la puesta en marcha de la Estrategia Global y el impulso a una mayor integración en defensa con la creación de PESCO. También fortaleció la presencia europea en África y los Balcanes Occidentales.

Para muchas voces en Bruselas, Mogherini fue quien dio por primera vez impulso al cargo de Alta Representante, lo que le granjeó un perfil cercano a la academia que la llevó al rectorado del Colegio de Europa. Antes, durante un breve periodo precisamente en el año 2014 fue ministra de Exteriores del Gobierno de Matteo Renzi. Ahora, aunque se dijo serena y confiada en su inocencia tras su declaración, ha tenido que dimitir como rectora en un proceso en el que también ha caído Stefano Saninno, ex secretario general del SEAE, y que ha pedido la prejubilación tras su arresto.

El caso parte de una investigación por un presunto fraude de fondos destinados a la formación de jóvenes diplomáticos de la UE y los agentes aseguran que el SEAE habría adelantado información sobre el proceso al Colegio de Europa, donde ahora Mogherini es rectora. En concreto, se trata de la Academia Diplomática de la UE, un programa de formación de nueve meses para jóvenes diplomáticos procedentes de todos los Estados miembros. Ese programa fue adjudicado por el SEAE al Colegio de Europa en el curso 2021-2022 a través de una licitación.

Los investigadores se han centrado en las circunstancias que rodean la compra por parte del Colegio de un edificio en Spanjaardstraat, en Brujas, por valor de 3,2 millones de euros, que alberga a los diplomáticos que asisten a la academia, según fuentes de la investigación.

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El concurso para albergar la academia exigía a los candidatos proporcionar alojamiento. El Colegio de Europa compró el edificio en 2022, durante un periodo de dificultades financieras, y poco antes de que el SEAE publicara una licitación que posteriormente otorgó a la institución una financiación de 654 000 euros. En ese sentido, los agentes encargados de las indagaciones examinaron las acusaciones de que el Colegio de Europa y sus representantes tuvieron acceso a información confidencial sobre la licitación, que debía permanecer confidencial para permitir una competencia leal entre las instituciones que competían por albergar la nueva academia.

La de Mogherini, cuando se pregunta, es una figura de algunas luces, pero también de muchas sombras. Cuando se pregunta en Bruselas, y más estos días, por ella, fuentes consultadas por 20minutos recuerda que cuando fue nombrada jefa de la diplomacia europea solo llevaba unos meses como ministra de Exteriores italiana y su audiencia ante el Parlamento Europeo -condición sine qua non que hay que superar para ser comisario- dejó bastantes dudas. Proyectó una imagen discreta, elegante y calculadamente prudente, en una línea algo más atrasada mediáticamente de la que luego adoptó su sucesor, Josep Borrell.

En el lado de los pros está el hecho de ser, para muchos, la primera persona que le dio empaque a un puesto poco agradecido en Bruselas; no tiene tanta visibilidad como la presidencia de la Comisión, del Consejo Europeo o del Parlamento, pero sí es en muchos casos más exigente, e incluso pide un conocimiento del mundo mucho más amplio. No solo hay que dominar las dinámicas propias, también las ajenas. Ahí Mogherini salvó muy bien el tipo, lo que le otorgó un perfil propio que después usó para impulsar la labor del Colegio de Europa. La clave ahora, con el caso que la implica, está en el cómo.

Su caída es en parte también un mensaje hacia el elitismo. O contra él. El Colegio de Europa es lo más alto cuando se habla de la burbuja europea, una institución casi intocable, que se dice curada de  cualquier espanto que tenga que ver con una imagen trastocada por excesos hasta ahora externos, más propios, para estas voces, de una ‘plebe’ que en la capital comunitaria tiene que trabajar desde mucho más abajo para llegar casi tan arriba como la mayoría de quienes caminan por esos pasillos en Brujas. Mogherini quiso ser madre de diplomacia europea y madrina de quienes, llegado el momento, tendrían que sustituir figuras como la suya y guiar el futuro de la Unión; un futuro que, en realidad, todos coinciden, no puede quedar manchado, como lo ha hecho el presente, con casos como este.



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