Rory McIlroy vivió un momento incómodo durante la segunda ronda del Abierto de Australia en Royal Melbourne. En el hoyo 14, par 5, el norirlandés falló completamente un golpe después de que su palo se atascara en una rama, lo que resultó en un bogey. “Honestamente, no recuerdo la última vez que tuve un golpe al aire”, admitió McIlroy. “No fue uno de mis mejores momentos”.
Sin embargo, el actual campeón del Masters mostró carácter y se recuperó para firmar una tarjeta de 68 golpes (-3), asegurándose el pase al fin de semana. Con un total de -2, McIlroy se sitúa siete golpes detrás de los líderes, Daniel Rodriques y Rasmus Neergaard-Peterson (-9).

La jornada del viernes fue de contrastes para McIlroy, quien tras un inicio sólido con un birdie y ocho pares en los primeros nueve hoyos, encontró dificultades en el tramo final antes de redondear su ronda con un brillante birdie en el hoyo 17. “Con el viento, se jugó como un campo de golf diferente hoy”, explicó. “Ciertamente no he jugado mi mejor golf, pero fue bueno terminar así. Siete golpes no es una distancia insalvable”.
En la parte alta del marcador, Min Woo Lee ocupa la tercera posición (-8), seguido por Adam Scott y Cameron Smith (-7), este último rompiendo una racha de siete cortes consecutivos fallidos.
McIlroy, que regresa al Abierto de Australia por primera vez desde 2015 –torneo que ganó en 2013–, afronta el fin de semana con ambición. El ganador del Abierto de Australia obtendrá una exención para el Masters del próximo año, mientras que los tres primeros clasificados no exentos asegurarán plaza para el Abierto Británico de 2026 en Royal Birkdale.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**


