#Salud: ¿Cuántas jeringas de ácido hialurónico se necesitan realmente para una armonización facial completa?

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Cuando hablamos de jeringas de ácido hialurónico en la cara, no existe un número mágico que sirva para todo el mundo, ya que una jeringa suele contener un mililitro de producto y se usa para tratar labios, pómulos, surcos nasogenianos, ojeras, mandíbula o hacer una rinomodelación médica. Con un buen plan personalizado, los resultados pueden ser muy naturales, sin efecto de cara hinchada, y eso es justo lo que verás en esta guía breve y práctica.

La cantidad de jeringas siempre depende de tu rostro y de lo que quieras cambiar. No es lo mismo hidratar un labio seco que dar soporte a unos pómulos planos o rellenar surcos muy marcados a los lados de la boca. También influye tu edad, la calidad de tu piel y si es la primera vez que te tratas o solo vas a hacer un retoque.

Un tratamiento suave de inicio suele requerir menos producto y se puede aumentar con el tiempo. Este enfoque progresivo ayuda a probar cómo responde tu piel y a evitar un volumen excesivo. Por eso se insiste tanto en que cada tratamiento es a medida, pensado para tu anatomía, tu expresión y tu estilo de vida.

La zona del rostro y el efecto que buscas cambian la cantidad

Cada zona del rostro necesita una cantidad distinta y un tipo de producto diferente. Los labios, por ejemplo, suelen trabajar con entre media y una jeringa al principio, y solo en algunos casos concretos se llega a dos jeringas para un resultado más voluminoso.

En los surcos nasogenianos, esas líneas que bajan desde la nariz hacia la boca, lo habitual es usar entre una y dos jeringas según la profundidad del pliegue. Los pómulos, que sostienen el tercio medio de la cara, pueden requerir entre dos y hasta cuatro jeringas en total si hay mucha pérdida de soporte.

Todo esto son medias y no normas fijas. El médico reparte el producto casi al mililitro para que el conjunto quede armónico y natural, sin cambios bruscos.

Tu piel, tu edad y tu anatomía también cuentan

Una piel fina y seca no se trata igual que una piel gruesa y firme. En piel muy fina, por ejemplo en la zona de las ojeras, se usan menos jeringas y geles más suaves, para no marcar irregularidades ni dejar bultitos. En rostros con flacidez marcada puede hacer falta algo más de volumen, pero siempre con una estrategia lenta y ordenada.

Tu estructura ósea, la forma de tu nariz, la anchura de la mandíbula y la proporción entre frente, pómulos y mentón pesan más que cualquier cifra leída en internet. El objetivo real es respetar tus rasgos y mantener tu identidad, solo que con un aspecto más fresco.

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Foto Freepik

Guía orientativa

En consulta, muchos médicos ven que un rostro completo suele moverse en un total de unas tres a cuatro jeringas repartidas en varias zonas. A veces se hace todo en una sola sesión y otras veces se divide en dos o tres visitas, para observar el resultado y ajustar con calma.

En labios se trabaja sobre todo hidratación y volumen suave. Lo más común es empezar con entre media y una jeringa, y solo en labios que admiten más volumen se llega a dos. En pómulos, donde se busca soporte y un ligero efecto lifting del tercio medio, las cantidades suman a menudo entre dos y cuatro jeringas, según la estructura del hueso y el grado de hundimiento. En surcos nasogenianos se suele usar una jeringa, y en casos más marcados, hasta dos. Muchas veces, al tratar primero los pómulos, el propio surco se suaviza y ya no hace falta tanto producto en esa línea.

En ojeras se usa poco volumen, alrededor de una jeringa repartida, porque la piel es muy fina y cualquier exceso se nota. Para definir la mandíbula se suele trabajar el ángulo y la línea mandibular con entre dos y cuatro jeringas en total, según si se busca un cambio sutil o más marcado. En rinomodelación médica, en muchos pacientes una sola jeringa bien usada basta para corregir pequeños defectos, y solo en narices más complejas se llega a dos. En estas zonas tan visibles, la mano del especialista es clave para lograr un resultado discreto y proporcionado.

Por qué el tipo de ácido hialurónico y la consulta mandan sobre el número de jeringas

No todos los ácidos hialurónicos son iguales. Hay geles muy fluidos, pensados para hidratar y tratar líneas finas, y otros más densos, que se usan para dar estructura a pómulos, mentón o mandíbula. Con un gel muy denso se puede conseguir más soporte con menos jeringas, mientras que un gel ligero puede requerir más cantidad si el objetivo es hidratar varias zonas.

Por eso la consulta con un médico estético es tan importante, porque revisa tu rostro completo, decide si conviene un tratamiento de cara completa o trabajar solo por zonas y se marca un plan por etapas. Muchas veces se comienza con pocos mililitros, se revisa el resultado pasadas unas semanas y, si hace falta, se añade un poco más. Esta forma de trabajar da seguridad y favorece resultados naturales y elegantes.

Recuerda que la mejor inversión es una buena valoración inicial y una comunicación clara con tu médico, porque de ahí nacen los resultados más naturales y duraderos.

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