Quizá nunca te lo han dicho, pero la forma en que duermes no solo afecta tu descanso, también influye en cómo trabajan tu corazón, tu estómago y otros órganos durante la noche. No es un detalle menor si quieres levantarte ligero y sin molestias.
En los últimos años, varios especialistas han empezado a recomendar dormir del lado izquierdo para la mayoría de personas. No se trata de una moda, sino de cómo está construido el cuerpo por dentro y de lo que están mostrando estudios recientes hasta el año dos mil veinticinco.

La buena noticia es que no hace falta cambiar tu vida entera. A veces, solo cambiar de lado puede marcar una clara diferencia en cómo te sientes al despertar.
Por qué dormir del lado izquierdo beneficia a tus órganos
El cuerpo no es simétrico por dentro, ya que el corazón se inclina un poco a la izquierda, el estómago y parte del intestino también se sitúan de ese lado, mientras que el hígado ocupa más la zona derecha.
Por esta razón, varios estudios de sueño y de digestión señalan que, en general, el lado izquierdo es una postura más amable para el corazón, para el tubo digestivo y para el sistema linfático. No hace milagros, pero sí puede ayudar a que esos sistemas trabajen con algo menos de esfuerzo durante la noche.
Cómo ayuda al corazón y a la circulación
El corazón se encuentra ligeramente hacia el lado izquierdo del pecho. Al tumbarte sobre ese costado, el peso de otros órganos no cae tanto sobre los grandes vasos que llevan y traen sangre.
Una vena muy importante, que trae sangre desde las piernas y el abdomen, pasa por el lado derecho del cuerpo. Si te apoyas todo el tiempo sobre ese lado, esa vena puede recibir más presión. Estudios de sueño recientes han observado que, cuando las personas descansan más del lado izquierdo, el corazón soporta menos carga y la circulación funciona de forma más fluida.

Mejor digestión y menos reflujo por la noche
El estómago se sitúa hacia la izquierda y se une al esófago por una especie de “puerta” que evita que el ácido suba. Al dormir del lado izquierdo, esa puerta queda un poco más alta que el contenido del estómago, así que la gravedad juega a tu favor.
Si cenas fuerte y te tumbas del lado derecho, es más fácil notar esa quemazón que sube hacia el pecho. En cambio, cuando eliges el lado izquierdo, la comida avanza mejor hacia el intestino y el hígado, que está a la derecha, no recibe tanta presión. Muchas personas con acidez cuentan que sienten menos reflujo cuando cambian de lado de forma consciente.
Apoyo al sistema linfático y a la limpieza del cuerpo
El sistema linfático es como una red de drenaje que recoge líquidos y desechos, donde gran parte de esa linfa descarga en un gran conducto situado hacia el lado izquierdo del pecho.
Dormir de ese lado parece favorecer ese drenaje, según varios estudios sobre sueño y limpieza del organismo. También se ha visto que, durante la noche, el cerebro aprovecha para “limpiar” ciertos desechos, y una postura lateral estable ayuda a ese proceso. Muchas personas notan que se levantan menos hinchadas cuando adoptan esta posición de forma habitual.
Qué pasa al dormir del lado derecho y cuándo podría ser útil
Para mucha gente sana, cambiar de postura durante la noche es normal y no supone un problema serio. Sin embargo, en algunas personas se ve más acidez, algo más de presión en la zona del pecho y un descanso menos profundo si pasan casi toda la noche sobre ese lado.
También se ha comentado que, en ciertos casos de molestias en el hígado o según indiquen médicos que tratan problemas respiratorios concretos, el lado derecho puede ser aceptable o incluso aconsejado por un tiempo. La clave está en escuchar al cuerpo y seguir las indicaciones de los profesionales cuando hay enfermedades previas.

Señales de que el lado derecho no es tu mejor opción
Si sueles dormir del lado derecho y te despiertas con acidez, sensación de quemazón en la garganta o una presión incómoda en el pecho, tu postura podría estar jugando en tu contra. También es una señal si te levantas más cansado cuando pasas la noche en ese lado que cuando duermes sobre el izquierdo.
Vale la pena que te observes durante varios días. Fíjate en qué lado te duermes, en qué lado despiertas y cómo te sientes por la mañana. Si hay dolor intenso, antecedentes cardíacos o problemas digestivos fuertes, siempre conviene hablar con un médico antes de buscar soluciones por tu cuenta.
Consejos sencillos para adoptar la postura ideal al dormir
Cambiar de postura no siempre es fácil, sobre todo si llevas años durmiendo igual. Puedes empezar colocándote del lado izquierdo al inicio de la noche y usando una almohada en la espalda, como tope suave, para evitar que te gires tan rápido.
Otra ayuda muy simple es poner una almohada entre las rodillas. Esto mantiene la cadera más alineada y hace que la postura lateral sea más cómoda, en especial si tienes molestias de espalda. Un colchón que no se hunda en exceso y una almohada que sujete bien el cuello también facilitan que mantengas la posición sin darte cuenta.
Prueba durante varios días seguidos, toma nota de tus sensaciones y ajusta lo que haga falta. Cada cuerpo es distinto, por eso cualquier duda importante, o si ya tienes una enfermedad previa, merece una consulta con un profesional de la salud. Dormir es un acto diario, y pequeños cambios en tu postura pueden ayudarte a vivir tus días con más calma y energía.



