La ex jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, fue detenida en Bruselas como parte de una investigación por presunto fraude y corrupción en la adjudicación de contratos del servicio diplomático de la Unión Europea. La también ex vicepresidenta de la Comisión Europea enfrenta cargos relacionados con favoritismo y conflicto de intereses en un programa de formación para jóvenes diplomáticos.
Su arresto se produjo junto al de otras dos personas vinculadas al caso: Stefano Sannino, ex secretario general del Servicio Europeo de Acción Exterior, y un directivo del Colegio de Europa. Ambos son señalados por su presunta participación en el proceso sospechoso de licitación realizado entre 2021 y 2022.
Mogherini, de 52 años, dirigió la diplomacia comunitaria entre 2014 y 2019 y actualmente ocupa el cargo de rectora del Colegio de Europa, institución que habría sido beneficiada con información privilegiada durante el proceso de selección del programa investigado.
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Detalles de la investigación
La fiscalía europea informó que busca determinar si el Colegio de Europa o sus representantes fueron advertidos previamente sobre los criterios de selección del programa de formación, lo que habría influido en la adjudicación. Entre los posibles delitos figuran fraude en contratos públicos, corrupción, conflicto de intereses y violación del secreto profesional.
La investigación se enmarca en una licitación realizada entre 2021 y 2022, durante la creación de la Academia Diplomática de la UE, espacio que desde agosto de 2022 también dirige Mogherini. El caso ha llevado a registros policiales en Bruselas y en las sedes del Colegio de Europa en Brujas, así como en las residencias de los sospechosos.
Perfil de Mogherini y contexto institucional
La ex ministra de Relaciones Exteriores italiana fue uno de los rostros más visibles de la diplomacia europea durante el mandato de Jean-Claude Juncker. Encabezó, entre otros procesos, las negociaciones del acuerdo nuclear con Irán. Tras finalizar su período, fue sucedida por Josep Borrell y posteriormente por Kaja Kallas en 2024.
La fiscalía europea, creada en 2021, es un organismo independiente con facultades para investigar y llevar ante la justicia delitos que afecten los intereses financieros de la Unión, incluidos corrupción, fraude y blanqueo de capitales. Su rol en este caso representa una de las investigaciones más relevantes desde su puesta en marcha.