El municipio de Oyster Bay en Long Island se ha propuesto un objetivo ambicioso: realizar la colecta de juguetes más grande en su historia, con la meta de donar más de 50,000 regalos navideños a niños necesitados. Esta iniciativa consolida cinco años de crecimiento constante en una tradición solidaria que nació durante la pandemia.
“La gente aquí es muy generosa. Recolectamos 19,000 juguetes en 2020, luego 25,000 al año siguiente, después 34,000, luego 38,000, y el año pasado fueron 42,000”, destacó a The Post el supervisor municipal Joseph Saladino.
“Este año, Santa necesitará un trineo más grande. Queremos alcanzar esa cifra de 50,000 por primera vez”, afirmó con optimismo.
El evento de donación, organizado en colaboración con Toys For Tots, se llevará a cabo el 6 de diciembre en el Burns Park de Massapequa, de 10 a.m. a 3 p.m. La jornada incluirá actividades recreativas para niños y la esperada visita de Santa Claus y la Sra. Claus.
El notable crecimiento de la colecta en los últimos cinco años representa un inesperado aspecto positivo de la pandemia. Antes de 2020, el municipio recolectaba un promedio de solo 4,000 regalos anuales en sus oficinas y edificios.
La transformación ocurrió cuando el COVID-19 impuso el distanciamiento social, y el parque de Massapequa se adaptó como un centro de acopio para recoger juguetes sin salir del auto. Este nuevo formato inicialmente quintuplicó la cantidad habitual de donaciones, y la noticia se propagó rápidamente por toda el área.
“Este es el único aspecto positivo de esa época”, reflexionó Saladino. “Si no fuera por la pandemia, nunca habríamos tenido esta idea, y muchos niños no habrían tenido sonrisas en la mañana de Navidad”.
Lo que comenzó como una necesidad se convirtió rápidamente en una arraigada tradición navideña. Equipos deportivos de secundaria comenzaron a pasar en uniforme para dejar regalos y animar el ambiente, mientras los adultos movilizaban a sus círculos sociales para sumarse a la causa.
“Había un hombre en tres ligas de bolos que logró que casi todos sus compañeros donaran”, relató Andrew Rothstein, director de operaciones del pueblo de Oyster Bay y coordinador de la colecta. “Cada año, llena su camioneta roja con más juguetes que la temporada anterior”.
La iniciativa ha trascendido, atrayendo a grupos de coleccionistas de autos y clubes de motociclistas locales, que han convertido la contribución en un auténtico rito de paso comunitario.
“Otra persona deja cinco o seis bicicletas por su cuenta, simplemente porque sí”, añadió Rothstein. “Es increíble cuánto desea dar la gente”.
Este año marca la primera vez que el municipio plantea abiertamente la meta numérica de los 50,000 juguetes, un desafío que ha entusiasmado a los residentes.
“Será difícil, pero creo que podemos lograrlo. Cada vez más personas quieren ayudar”, expresó Frank Yao, residente de Nassau y donante desde hace tres años. “He visto cómo esto crece año tras año. Sigo escuchando a más personas hablar sobre lo significativo que es ser parte de ello”.
Rothstein indicó que quienes deseen donar deben llevar regalos sin envolver al parque. Entre los artículos más populares a lo largo de los años se encuentran pistolas Nerf, muñecas, sets de Lego, animales de peluche y juegos de mesa, siendo excelentes sugerencias para quienes participan por primera vez.
El evento también reserva un momento especial para los niños pequeños nacidos durante la pandemia, quienes están invitados a subir al escenario y entregar personalmente sus cartas navideñas a Santa.
“Para muchos niños, esta ha sido la primera vez que conocen a Santa, en realidad”, comentó Rothstein. “Y muchos niños vienen y quieren donar juguetes comprados en nombre de sus familias. Realmente se ve de qué tratan las fiestas aquí”.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**