Todo estaba condenado desde el principio. Mucho antes de la dramática salida de Lane Kiffin de Ole Miss el domingo para ir a LSU, el entrenador de 50 años también fue cortejado por la Universidad de Florida. Esta búsqueda desafortunada comenzó con una conversación inicial con el director deportivo Scott Stricklin, la cual, según un informe de CBS Sports publicado el lunes, ‘no salió bien’.
‘En ese momento, Florida era el trabajo más grande disponible y tenía el poder para dictar algunos de sus términos. Eso incluía querer un gerente general con antecedentes en la NFL que no reportaría directamente a Kiffin’, indicó el informe, citando fuentes con información sobre la percepción de Kiffin de la conversación.
‘Esto fue inaceptable para Kiffin, quien cree firmemente en las habilidades del gerente general de Ole Miss, Billy Glasscock, y esto hizo que la búsqueda de semanas comenzara de manera incómoda desde la perspectiva de Kiffin’.
Kiffin, quien había deseado durante mucho tiempo el trabajo en Florida, tiene vínculos con la universidad. Su exesposa, Layla, estudió en Florida, la misma institución para la que jugó su padre, el famoso mariscal de campo de los Gators, John Reaves. Kiffin también ha usado una visera en honor al exentrenador de Florida, Steve Spurrier.
Stricklin, considerado con una ‘personalidad más formal’ en contraste con la ‘propensión de Kiffin a crear drama’, comenzó a evaluar al entrenador de los Rebels antes del despido de Billy Napier el 19 de octubre, según el informe.
Aunque Stricklin se sentía ‘cómodo’ continuando el proceso con Kiffin después de evaluar a aquellos en el círculo del entrenador sobre su maduración, el problema subyacente permanecía: ‘Kiffin era muy consciente de que no era del agrado de Stricklin, y el sentimiento era mutuo’.
Kiffin, quien dirigió a los Rebels desde 2020, tenía una gran autoridad en Ole Miss y le preocupaba que un choque de personalidades fuera inevitable.
‘Ole Miss prácticamente le permitió hacer lo que quisiera en Oxford y siguió dándole más y más recursos para impulsar el programa hacia adelante’, afirmó el informe. ‘… Kiffin estaba preocupado por la intromisión de Stricklin y cómo encajarían, diciéndole luego a sus confidentes que tenía una ‘sensación extraña’ sobre la situación’.
LSU entró en escena poco después con el despido de Brian Kelly el 26 de octubre, un movimiento que desencadenó una avalancha de rumores sobre entrenadores antes de la resolución de este fin de semana.
Florida se retiró oficialmente de la contienda por Kiffin el viernes y se volcó hacia Jon Sumrall de Tulane, haciéndolo oficial el domingo. Los Gators también fijaron su mirada en el exgerente general de los Jaguars, David Caldwell, para servir en el mismo puesto en el programa.
En cuanto a Kiffin, su turbulenta salida de Oxford hacia Baton Rouge se desarrolló durante varios días después de lo que sería su último juego con los Rebels, la victoria 38-19 en el Egg Bowl sobre Mississippi State el viernes.
‘Después de mucha oración y tiempo pasado con la familia, tomé la difícil decisión de aceptar el puesto de entrenador en jefe en LSU’, escribió Kiffin en una declaración compartida en X.
‘… Mientras espero con ansias un nuevo comienzo con una oportunidad única en LSU, siempre atesoraré los increíbles seis años que pasé en Ole Miss y apoyaré fervientemente al equipo para que complete su misión y traiga un campeonato a Oxford’.
El excoordinador defensivo Pete Golding fue ascendido a entrenador en jefe permanente en lugar de Kiffin. Se espera que Kiffin gane 91 millones de dólares en siete años en LSU, según Nola.com, que señaló que el contrato incluye bonificaciones basadas en el rendimiento.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**