REDACCIÓN INTERNACIONAL.– ¿Creías que ser un buen amante era solo cuestión de fuerza o rapidez? Pues no, amigo lector, la clave está en tus manos y dedos. Según los expertos, antes de cualquier acción “más directa”, conocer la anatomía femenina es esencial: labios mayores, menores y ese famoso botoncito llamado clítoris. Sí, ese que muchos buscan sin GPS ni mapa, pero que hace toda la diferencia.
Antes de lanzarte al ruedo, hay reglas de oro: manos limpias, uñas cortas y un poquito de lubricante. Nada de dedos secos , que eso solo provoca incomodidad y sustos. Además, la paciencia es fundamental: nada de ir directo, como si fuera el último croissant de la bandeja; primero acaricia, explora y calienta motores.
Observa sus reacciones como si fueras detective privado: jadeos, risas y movimientos son pistas de oro. Si ves que sube la temperatura, sigues por ese camino; si todo sigue igual, cambia de táctica o pregunta con gracia qué prefiere. La comunicación y la atención son tus mejores aliados en esta misión.
Y si te sientes valiente, llega a la fase interna con movimientos suaves y circulares, buscando el mítico punto G. Todo con ritmo, tacto y buen humor, porque excitar a una mujer es un arte y un deporte, que requiere práctica, paciencia y, sobre todo, dedos con talento y cabeza fría.
- Debes mantener las uñas cortas y limpias, pues de lo contrario puedes infectar a la mujer.
- No debes ser muy bruto, pues la vulva es muy delicada y fácilmente puedes provocar desgarros, lo que además de doloroso puede aumentar el riesgo de infecciones.
- Has de centrarte en las yemas de tus dedos y en ser lo más rítmico que puedas.
1. Primer consejo: un repaso didáctico de la vulva
De nada sirve que empecemos a decirte haz así o asá si no sabes qué dirección tomar. De hecho, aún hay muchos hombres que no son capaces de encontrar el clítoris en la vulva de su mujer (en las del resto).
Pues bien, la vulva es la parte externa de los genitales femeninos e incluye la abertura de la vagina (a veces llamada vestíbulo), los labios mayores (labios externos), los labios menores (labios internos) y el clítoris, entre otras partes que ahora mismo no nos interesan.
Lo principalmente importante en este caso es que sepas identificar el clítoris, que es un pequeño órgano cilíndrico compuesto por tejido eréctil que se agranda al rellenarse con sangre durante la excitación sexual. Tiene unos dos-tres centímetros de longitud y está localizado entre los extremos anteriores de los labios menores.
Podrás encontrarlo fácilmente si con la yema de los dedos índice y medio (juntos) acaricias la vulva de la mujer suavemente, en círculos o de un lado a otro en horizontal (si lo haces de abajo a arriba, es decir, de la zona de la vagina a la del ombligo, será muy molesto para ella). Cuando estés haciendo esto notarás una especie de botoncito duro que sobresale, y eso, amigo, es el clítoris.
2. Importante: usar tu saliva o un lubricante
Aparte de desagradable, tocar una vulva que está seca con los dedos secos es peligroso, pues puedes hacer un desgarro de la fricción. Así que, lección importantísima: «Cuanto más resbaladiza esté vulva, más satisfactorio será su tacto. Descarta la idea de que la lubricación natural es suficiente: la humedad vaginal está sujeta a las fluctuaciones del cuerpo y puede verse afectada por la hidratación, las hormonas, la medicación y el estrés», apunta el experto ginecólogo a la edición británica de la revista Cosmopolitan.
3. Comienza lentamente y nunca por el clítoris
Las vulvas responden mejor la estimulación sensual y lenta. «Esto se debe a que se necesita un promedio de al menos 15 minutos de estimulación para que una mujer alcance el orgasmo. Tocar con los dedos no es un ejercicio de gratificación instantánea», asegura el experto.
Y, como sucede con el sexo oral, está prohibido ir directamente a tocar el clítoris. Aparte de desagradable es de lo más contraproducente, pues ella no estará excitada ni en ese momento ni en los siguientes 15. Lo mejor es, pues, acariciar los labios mayores y menores, los muslos por dentro, los pezones, el cuello… y luego pasar el botoncito del placer. Recuerda que el clítoris es la zona más sensible que tienen ellas ahí abajo, y este está mucho más receptivo cuando ella está ya excitada.
4. Fíjate en ella
Eres perfectamente capaz de hacer que ella llegue al orgasmo únicamente con una de tus manos, pero para ello deberás fijarte en qué hace ella cuando la estás tocando. Es decir, si ves que cada vez jadea más y más de seguido, sigue, pues está a punto de caramelo.
Si, por el contrario, notas que ella hace tiempo que hace los mismos sonidos y que eso ni avanza ni decae, pasa a otra cosa o pregúntale qué quiere y te quitas de líos.
5. En la práctica está el secreto
Nadie nace sabiendo, y el tema sexual requiere de mucha práctica, ¿o ya no te acuerdas de tus primeras experiencias? Ahora, en cambio, ya tienes más información y más experiencia, así que todo es probar.
Tómatelo como una práctica más. Por ejemplo, si quieres correr una maratón, ¿qué haces? Salir a entrenar, pedirle consejos a expertos deportistas, superarte día a día y no decaer. Y con el tema de la excitación sexual ocurre exactamente lo mismo.
6. Hora de entrar en la vagina
Por último, puedes excitar a la mujer con tus dedos en su vagina. Puedes hacerlo de plato único o acompañarlo mientras sigues con el clítoris (nos hicieron con dos manos por cosas como esta). Vamos a ello. Usa los mismos dedos (índice y centrar) e introdúcelos en la vagina poco a poco, con movimientos circulares (nunca en plan pájaro carpintero).
Si te ves con ánimo, puedes buscar el punto G. Aunque no hay consenso al respecto, se dice que está entre 5 y 8 centímetros en el interior de la vagina, en la parte frontal de la pared que está tocando con el ombligo. Para llegar a este punto deberás usar los dedos mencionados en forma de gancho (o de “C”), con la parte de las uñas apuntando hacia el ombligo.


