Redacción. -En Corea del Sur, la deshabitada isla de Myeongseondo se ha convertido en un mundo mágico de instalaciones artísticas que transforma por completo la percepción del visitante. Sus senderos silenciosos y su vegetación indómita sirven como escenario para esculturas, luces y estructuras inmersivas que parecen dialogar con el paisaje. Cada obra se integra con la naturaleza, creando un recorrido donde arte y entorno se funden en una experiencia sensorial única.
Este proyecto artístico, impulsado por creativos locales, busca revitalizar la isla sin alterar su esencia salvaje.
Las instalaciones, distribuidas estratégicamente, invitan a reflexionar sobre el paso del tiempo, la memoria y el vínculo entre ser humano y naturaleza. En Myeongseondo, el silencio de la deshabitación se convierte en un lienzo vivo donde cada obra resignifica el espacio y lo transforma en un destino cultural inesperado.