
En Santo Domingo, basta mirar cualquier avenida para descubrir el mismo patrón, motocicletas zigzagueando entre los vehículos, subiendo a las aceras, tomando vías en dirección contraria, atravesando túneles y elevados prohibidos para motores, utilizando el celular mientras conducen y desplazándose a velocidades que desafían la ley. (Sigue leyendo…)
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