#Salud: Las ocho frutas que puedes comer por la noche para dormir mejor

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Por qué algunas frutas ayudan a dormir mejor por la noche

El cuerpo produce de forma natural melatonina, la hormona que indica que llega la hora de dormir. Algunas frutas aportan melatonina o favorecen su producción, por eso resultan útiles para regular el ciclo de sueño. También contienen serotonina y triptófano, que participan en la sensación de calma y en la transición hacia el sueño.

Minerales como el magnesio y el potasio ayudan a relajar los músculos y a soltar la tensión del día. Una cantidad moderada de fibra mejora la digestión y evita el hambre nocturna, lo que reduce despertares por molestias gástricas. Los antioxidantes protegen a las células del estrés oxidativo, que se relaciona con un descanso de peor calidad.

Cuando la última comida es muy pesada, el sistema digestivo trabaja en exceso y el sueño se vuelve más superficial. En cambio, una cena ligera acompañada de frutas para dormir mejor puede apoyar un descanso más profundo, con menos pesadez y menos interrupciones durante la noche.

Las ocho frutas que puedes comer por la noche para dormir mejor

Estas ocho opciones muestran cómo una fruta para dormir puede encajar sin problema en la rutina diaria. Lo ideal es tomarlas por la noche, en una ración pequeña, y ajustarlas a las necesidades de cada persona.

Algunas funcionan mejor después de una cena ligera, como pequeño postre, y otras se toleran bien media hora antes de acostarse, a modo de merienda nocturna. Lo importante es evitar el exceso de azúcar añadido y escuchar cómo responde el cuerpo.

Kiwi: pequeño pero muy potente para conciliar el sueño

El kiwi aparece con frecuencia en estudios sobre sueño gracias a su contenido en serotonina, melatonina, antioxidantes y vitamina C. Se ha visto que puede ayudar a reducir el tiempo que una persona tarda en dormirse y a prolongar las fases de sueño profundo.

Tomar uno o dos kiwis como merienda ligera, una hora antes de acostarse, puede ser una opción sencilla de fruta para dormir. Conviene consumirlo al natural, sin azúcar ni siropes, para evitar picos de glucosa que alteren el descanso.

Cerezas: fuente natural de melatonina para dormir mejor

Las cerezas, sobre todo las variedades más ácidas, son una buena fuente de melatonina, triptófano y antioxidantes. Esta combinación favorece un sueño más estable y una mejor continuidad durante la noche. Para muchas personas representan una forma agradable de incorporar melatonina natural en la alimentación.

En temporada se pueden tomar frescas, en una pequeña ración por la noche. Fuera de temporada, un vaso pequeño de jugo de cereza sin azúcar añadido, cerca de la hora de dormir, puede apoyar el ritual nocturno.

Plátano: magnesio y potasio para relajar los músculos

El plátano destaca por su aporte de magnesio, potasio y triptófano, nutrientes que favorecen la relajación muscular y mental. Es una opción interesante para personas activas o que terminan el día con mucha tensión en cuello, espalda o piernas.

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Un plátano pequeño, o medio plátano antes de acostarse, puede actuar como snack ligero antes de dormir. Conviene no abusar de su consumo en la noche por su aporte calórico y de azúcar natural, aunque en cantidades moderadas resulta compatible con un descanso de calidad.

Foto Freepik

Piña y fresas: dulzor ligero para una noche más tranquila

La piña y las fresas comparten varias ventajas. Ambas contienen triptófano, antioxidantes y mucha agua, lo que las hace refrescantes y fáciles de digerir por la noche. Este perfil ayuda a quienes buscan un postre ligero para dormir sin renunciar al sabor dulce.

Un pequeño cuenco de fruta fresca nocturna con piña y fresas, después de una cena sencilla, puede aportar saciedad suave sin pesadez. Es preferible tomarlas al natural, sin azúcar, miel ni siropes, para no convertir un buen hábito en una carga extra de calorías.

Manzana, papaya y tomate: opciones suaves para la digestión y el descanso

La manzana destaca por su contenido en fibra, que ayuda a mantener la saciedad y reduce las ganas de picar alimentos muy calóricos por la noche. La papaya aporta enzimas que favorecen una digestión suave, por eso resulta útil en personas que suelen notar hinchazón o gases al final del día.

El tomate, aunque no es muy famoso como fruta para dormir, contiene algo de melatonina y antioxidantes como el licopeno, que apoyan la salud general. En pequeñas porciones, estos tres alimentos encajan bien en una ensalada ligera por la noche o como pequeño bocado simple antes de acostarse, siempre sin salsas pesadas ni exceso de sal.

Cómo incluir estas frutas en la rutina nocturna sin comer de más

Para convertir estas opciones en un hábito nocturno saludable, conviene usarlas con medida. Una estrategia sencilla consiste en elegir solo una de estas frutas como parte de la merienda de tarde o del pequeño postre después de cenar. Así se evita un exceso de azúcar, pero se mantiene el aporte de fibra, antioxidantes y compuestos relacionados con el sueño.

Otra idea práctica es combinar una porción de fruta con yogur natural sin azúcar. Esta mezcla aporta proteína ligera y ayuda a controlar el apetito nocturno, lo que reduce las visitas a la nevera cuando ya se debería estar en la cama. Quien prefiera algo aún más simple puede optar por un solo kiwi, un puñado pequeño de cerezas o media papaya como snack ligero antes de dormir.

Cada persona debe observar cómo responde su cuerpo. Si aún hay sensación de estómago lleno tras la cena, lo mejor es no añadir nada más, ni siquiera fruta. El objetivo es que la última comida del día resulte agradable y ligera, y que el descanso se convierta en una parte natural de la rutina.

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