#Salud: Prolapso rectal y hemorroides: ¿Es lo mismo?

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Qué son el prolapso rectal y las hemorroides en palabras simples

El prolapso rectal aparece cuando la parte final del intestino grueso se desliza hacia abajo y sale por el ano. Se trata de un problema de la pared del recto, que pierde su sujeción y baja más de lo normal. Es un fallo más estructural y profundo, que afecta al tubo intestinal en sí.

Las hemorroides son venas del ano o del recto inferior que se hinchan. Al inflamarse, forman pequeños bultos blandos o duros en el borde del ano o en su interior. Se parecen a venas varicosas en otra zona del cuerpo. Aunque generan muchas molestias, suelen ser un problema localizado en la parte final del canal anal.

Ambos cuadros provocan vergüenza y muchas personas callan por miedo. Sin embargo, son problemas frecuentes, tratables y que mejoran mucho cuando se consulta a tiempo con un profesional.

Prolapso rectal: cuando el recto se desliza hacia afuera

En el prolapso rectal, una parte del recto se desliza y llega a salir por el ano. Desde fuera puede verse como un anillo húmedo o una masa rojiza más grande que aparece al hacer esfuerzo o incluso al caminar. Al tocar, suele notarse un tejido suave y húmedo.

Los síntomas más típicos son sensación de bulto que baja, dificultad para retener gases o heces, sensación constante de que queda algo dentro y salida de moco o algo de sangre. También puede aparecer irritación de la piel por la humedad. Es más frecuente en mujeres y en personas mayores, sobre todo si arrastran estreñimiento crónico o han tenido varios partos.

Este problema necesita valoración por un coloproctólogo, ya que en muchos casos la solución definitiva pasa por una cirugía programada y adaptada a cada paciente.

Hemorroides: venas inflamadas que causan bultos y sangrado

Las hemorroides son venas del ano que se dilatan y se inflaman. Pueden ser internas, cuando están dentro del canal anal, o externas, cuando se forman en el borde del ano. A veces se trombosan y forman un bulto muy doloroso y violáceo.

Los síntomas típicos son sangrado rojo brillante en el papel o en el agua del inodoro, picor, ardor, dolor al sentarse y bultos alrededor del ano. El sangrado suele aparecer con la deposición y parar después. A diferencia del prolapso rectal, las hemorroides casi nunca producen pérdida de heces, solo molestias locales.

Entre las causas más frecuentes se encuentran el esfuerzo al evacuar, el estreñimiento, la diarrea crónica, el embarazo, el sobrepeso y pasar muchas horas sentado, sobre todo en el inodoro.

Diferencias clave entre prolapso rectal y hemorroides que ayudan a reconocerlos

Cuando la persona solo nota un bulto y algo de sangre, es fácil confundir ambas situaciones. En el prolapso rectal, el bulto suele ser más grande, húmedo y con forma de anillo que rodea el ano, y muchas veces aparece sensación de peso en la pelvis e incontinencia fecal, es decir, escapes de gases o heces sin control completo. En cambio, las hemorroides son bultos más pequeños, como bolitas aisladas o agrupadas, que no modifican el control del esfínter y afectan sobre todo a la piel y al tejido más superficial. En los dos casos puede haber sangrado, pero el origen es distinto, en el prolapso sale tejido intestinal y en las hemorroides sangran las venas inflamadas. A simple vista incluso para la persona afectada pueden parecer similares, por eso un buen examen médico marca la diferencia.

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Cómo se ven y qué se siente en cada problema

En el prolapso rectal, la persona suele notar sensación de peso en el recto durante el día, especialmente al estar de pie. Al ir al baño, puede salir un segmento de tejido que parece un cilindro o un anillo húmedo y en ocasiones hay necesidad de empujarlo con la mano para que vuelva a entrar. Es frecuente sentir humedad constante en la zona, salida de moco y algo de manchado en la ropa interior.

Con las hemorroides, la queja principal suele ser dolor o picor en el ano, sobre todo al evacuar o al limpiar. Pueden notarse uno o varios bultos dolorosos o sensibles al tacto, que molestan al sentarse o al caminar mucho. El sangrado suele ser intermitente y aparece pegado a la deposición, sin sensación de masa interna que baje y suba como en el prolapso.

Cuándo es más urgente consultar al médico o al especialista

Hay señales que indican mayor urgencia para consultar. Un sangrado abundante o que se repite muchos días, un bulto que no desaparece al acostarse, dolor intenso que no cede, dificultad para controlar gases o heces, sensación de tapón al evacuar o pérdida de peso sin causa clara son motivos para pedir cita pronto. En el prolapso rectal, si el tejido no entra de nuevo o cambia de color, la visita debe ser rápida. Las hemorroides también necesitan revisión si no mejoran con cuidados simples en pocos días o si el dolor es muy fuerte. Es clave no abusar de cremas y medicamentos sin supervisión y dejar a un coloproctólogo la evaluación cuando la incontinencia o el sangrado preocupan.

Tratamientos básicos y cuidados en casa para cada caso

El manejo del prolapso rectal depende de su gravedad. En casos leves, mejorar el hábito intestinal, tratar el estreñimiento, cuidar la postura al evacuar y realizar ejercicios de suelo pélvico puede reducir molestias. Aun así, muchos prolapsos moderados o graves necesitan cirugía planificada para recolocar y fijar el recto. El objetivo es recuperar el control y evitar daños mayores en el esfínter.

Para las hemorroides, los cuidados en casa tienen un papel importante. Los baños de asiento con agua tibia alivian el dolor, igual que algunas cremas o supositorios recetados por el médico. Aumentar la fibra en la dieta, beber más agua y evitar hacer fuerza al ir al baño son medidas básicas. En algunos casos se recomiendan técnicas ambulatorias, como ligaduras con banda elástica, y en hemorroides grandes o muy sintomáticas se valora la cirugía. El tratamiento siempre debe adaptarse a cada persona, a sus síntomas y a su estado general.

Hábitos que ayudan a prevenir problemas anales y recaídas

Ciertos hábitos diarios protegen tanto frente al prolapso rectal como frente a las hemorroides. Mantener heces blandas con una alimentación rica en fibra, buena hidratación y consumo regular de frutas, verduras y cereales integrales reduce el esfuerzo al evacuar. La actividad física moderada activa el intestino y ayuda a controlar el peso, lo que disminuye la presión sobre la zona pélvica. Conviene evitar pasar largos ratos sentado en el inodoro, no aguantar las ganas de ir al baño y cuidar la higiene sin frotar en exceso. También es recomendable evitar el uso prolongado de laxantes sin supervisión y acudir a revisión tras una cirugía o un brote de hemorroides, para reforzar estas medidas y reducir el riesgo de recaídas.

Al final, prolapso rectal y hemorroides son problemas distintos, con causas, síntomas y tratamientos propios, aunque ambos se manifiesten con bultos y sangrado en el ano. Ante cualquier cambio en esa zona, lo más seguro es pedir ayuda profesional y obtener un diagnóstico claro. Hablar de estos temas sin tabúes permite cuidar mejor la salud intestinal y llegar a tiempo a un tratamiento que devuelva comodidad y tranquilidad en el día a día.

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