#Salud: 10 síntomas silenciosos que podrían estar avisándote de una futura diabetes

0
147


La diabetes tipo 2 y la prediabetes suelen avanzar en silencio, con molestias suaves que muchas personas confunden con cansancio, estrés o edad. En la resistencia a la insulina, la glucosa en sangre sube más de lo normal, aunque todavía no haya un diagnóstico de diabetes, y en ese punto ya puede empezar el daño en corazón, vasos sanguíneos y riñones.

Síntomas silenciosos más comunes que pueden alertar sobre una futura diabetes

Estos síntomas suelen aparecer de forma progresiva y muchas veces se combinan, por eso es fácil normalizarlos y no darles importancia. Sin embargo, cada uno refleja que la glucosa en sangre podría estar más alta de lo que el cuerpo soporta sin daño. Prestarles atención es una forma de protección a largo plazo.

Sed constante y ganas de orinar muchas veces al día

Cuando la glucosa en sangre supera ciertos niveles, el organismo intenta eliminar ese exceso a través de la orina. Esto provoca que la persona orine con frecuencia, incluso varias veces durante la noche, y pierda más agua de lo habitual. El resultado es una sed excesiva que no se relaciona con calor, ejercicio intenso o comidas muy saladas, sino con ese intento del cuerpo por limpiar el azúcar de la sangre. Si el vaso de agua se vuelve un compañero constante sin una razón clara, conviene considerarlo una posible señal de aumento de la glucosa.

Cansancio extremo, hambre fuera de lo normal y cambios en el peso

La fatiga constante es uno de los signos silenciosos más frecuentes. Cuando la insulina no funciona bien, la glucosa circula por la sangre pero no entra de forma adecuada en las células, que son las que necesitan el azúcar como combustible. El cuerpo entonces se siente sin energía, incluso después de dormir bien, y responde con hambre excesiva, como si cada comida fuera insuficiente. Al mismo tiempo, puede ocurrir un aumento de peso, sobre todo si ya existe resistencia a la insulina, o una bajada de peso sin explicación clara cuando el problema está más avanzado y el organismo empieza a usar grasa y músculo como fuente de energía. Esta combinación de cansancio, hambre intensa y cambios de peso sin causa evidente es una señal de alerta de prediabetes y diabetes tipo 2.

Visión borrosa, hormigueo en manos y pies, y cicatrización lenta

La visión borrosa que aparece por ratos y luego mejora, sin una causa clara, puede estar ligada a cambios rápidos en la glucosa en sangre, que afectan los líquidos dentro del ojo. El entumecimiento u hormigueo en manos y pies, una sensación de cosquilleo o de “alfileres”, se relaciona con daño en nervios cuando el azúcar se mantiene elevada durante mucho tiempo. A esto se suma que las heridas que tardan en cicatrizar, como pequeños cortes, ampollas o raspaduras, pueden indicar que los vasos sanguíneos y el sistema de defensa están comprometidos. Muchas personas culpan a la edad o al cansancio por estos síntomas suaves y esporádicos, pero cuando se repiten, merecen una revisión médica cuidadosa.

Cambios en la piel e infecciones que se repiten con frecuencia

En la resistencia a la insulina es común que aparezcan zonas de piel más oscura, algo más gruesa y de aspecto aterciopelado en pliegues como cuello, axilas o ingles. Estos cambios, que suelen pasar desapercibidos al inicio, son una pista de que el cuerpo lleva tiempo lidiando con niveles altos de insulina. Al mismo tiempo, las infecciones frecuentes, sobre todo en piel, zonas íntimas o vías urinarias, tienden a aparecer cuando la glucosa en sangre está elevada y las defensas no responden con la misma eficacia. Si estos cambios en la piel se combinan con cansancio, sed o ganas de orinar muchas veces al día, pedir un examen de glucosa resulta una decisión prudente.

Foto Freepik

Factores de riesgo que aumentan la posibilidad de desarrollar diabetes tipo 2

Los síntomas silenciosos son solo una parte de la historia. La probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2 aumenta cuando se suman ciertos hábitos y antecedentes. Cuando una persona presenta varios síntomas suaves y además tiene factores de riesgo, la balanza se inclina con más fuerza hacia la prediabetes y la diabetes, por lo que la vigilancia debe ser más cercana.

Te podría interesar:

Sobrepeso, medida de cintura y estilo de vida sedentario

El sobrepeso, sobre todo cuando la grasa se acumula en el abdomen, se asocia de forma directa con la resistencia a la insulina. Cuanto más tejido graso rodea la cintura y se deposita entre los músculos, menos sensibles se vuelven las células a la acción de la insulina. Una cintura grande, tanto en hombres como en mujeres, se relaciona con un mayor riesgo, incluso si el peso total no parece tan elevado. A esto se suma un estilo de vida sedentario, con muchas horas sentado, poca actividad física y una alimentación rica en azúcares, bebidas azucaradas y harinas refinadas. La buena noticia es que pequeños cambios diarios, como caminar más, elegir alimentos frescos y reducir los productos ultraprocesados, pueden disminuir de forma importante ese riesgo.

Edad, antecedentes familiares, sueño pobre y tabaquismo

El riesgo de diabetes tipo 2 aumenta después de los 35 años, sobre todo cuando la persona mantiene un estilo de vida poco saludable. Quien tiene antecedentes familiares de diabetes, por ejemplo padre, madre o hermanos con la enfermedad, parte desde un nivel de riesgo más alto y debería estar más atento a los síntomas silenciosos y a los controles periódicos de glucosa en sangre. La mala calidad del sueño, como dormir pocas horas o despertarse muchas veces cada noche, altera el control del azúcar y la regulación del apetito. El tabaco también daña el corazón, los vasos sanguíneos y complica el manejo de la glucosa, lo que potencia el impacto de los demás factores. Cuidar estos aspectos no solo reduce el riesgo de diabetes, también protege todo el sistema cardiovascular.

Qué hacer si estos síntomas silenciosos se reconocen en el día a día

Cuando una persona se identifica con varios de estos signos a la vez, lo más prudente es dejar de normalizarlos y buscar ayuda profesional. El contenido informativo no reemplaza la consulta médica, pero sí puede servir como impulso para dar el primer paso.

Consultar al médico, pedir exámenes y empezar pequeños cambios

Ante la presencia de varios de estos síntomas, lo recomendable es pedir una evaluación con un profesional de salud y comentar cada molestia con calma. El médico puede solicitar exámenes sencillos como glucosa en ayunas o una prueba de hemoglobina glicosilada, que muestra cómo ha estado la glucosa en sangre en los últimos meses. Al mismo tiempo, conviene iniciar cambios accesibles, como mejorar la calidad de la alimentación, aumentar la actividad física diaria, reducir de forma gradual el peso extra, dejar el tabaco y controlar la presión arterial y el colesterol. La prediabetes se puede revertir en muchos casos cuando se actúa a tiempo, por lo que cada decisión saludable suma en la dirección correcta.

Escuchar el propio cuerpo, prestar atención a estas señales silenciosas y pedir ayuda sin esperar a que los síntomas sean graves se convierte en una oportunidad real para cuidar la salud a largo plazo. Reconocer a tiempo la resistencia a la insulina y la prediabetes permite tomar el control antes de que aparezca una diabetes tipo 2 instalada y con complicaciones, y abre la puerta a una vida más activa, plena y protegida.

¿Le resultó útil este artículo?



Source link