El aviso de Zak Brown en pleno asalto al título de Norris #F1 #FVDigital

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En McLaren F1 se ríen. Mucho. Sobre todo en el lado del garaje donde trabaja un tal Lando Norris, que en las últimas semanas camina con la tranquilidad del que sabe que el título ya no es un sueño, sino un objetivo al alcance de la mano.

Pero, aunque el ambiente sea de sonrisas permanentes, Zak Brown recuerda que la Fórmula 1 es especialista en destrozar destinos con un simple pestañeo. Y el CEO de McLaren ha bajado un mensaje claro al equipo: nada de confiarse, nada de dejar que las emociones dicten el guion, porque este Mundial, aunque parezca encarrilado, no se ha ganado.

Hace un mes, McLaren miraba de reojo a Max Verstappen y empezaba a imaginar viejos fantasmas. Porque, pese a tener un coche inferior durante buena parte del curso, el neerlandés se había colado —como solo él sabe hacerlo— en la lucha final por el título. El “momentum” era suyo y, en el paddock, muchos se atrevieron incluso a pronosticar que Verstappen acabaría arrebatando el liderato a Norris y Piastri.

Pero la Fórmula 1 gira rápido. Muy rápido.

Después de dos victorias colosales y un puñado de carreras impecables en México y Brasil, Lando Norris llega al tramo final con 24 puntos de margen sobre Oscar Piastri y 49 sobre Verstappen. Y, mientras el australiano ha perdido chispa en este final de temporada, el británico ha encontrado exactamente lo contrario: un estado de gracia. Y un coche que, ahora sí, parece suyo.

Aun así, Brown no quiere ver ni un solo gesto de relajación. “Tendría que ser muy sorprendente que tuviéramos carreras aburridas hasta el final“, explicó en el podcast High Performance, dejando entrever que el desenlace aún puede ser turbulento.”Lo que no sé es qué va a pasar, qué será emocionante o dónde habrá drama. Todo lo que puedo hacer es apoyarme en lo que ya ha funcionado, porque hemos tenido drama este año”.

Y vaya si lo han tenido.

El estadounidense insiste en una idea que suena a mantra interno: seguir el proceso, ignorar el ruido.
Estamos muy enfocados y no vamos a dejar que la emoción nos desvíe de seguir haciendo lo que ya hacemos“, sentencia. En otras palabras: McLaren está a tres fines de semana de su primer título de pilotos desde 2008 y, precisamente por eso, no quieren que la tensión les juegue una mala pasada.

Brown, de hecho, tiró de memoria para recordar cómo, en Abu Dhabi el año pasado, un simple instante cambió todo. “En clasificación estábamos primeros y segundos. Carlos, tercero o cuarto. Charles muy atrás. Y en la curva 1 cambió todo nuestro mundo”. Una lección reciente que explica por qué en Woking no quieren confiarse ni con el viento a favor.

Y cuando llegó el momento de la verdad, la ejecución fue perfecta: “Cuando llegó la última parada —mi margen de siete décimas— hicimos un pitstop de dos segundos”, recuerda. “Si hubiera sido de 2.7, Lando habría salido por delante de Carlos, pero con su DRS tan fuerte en el segundo sector, Carlos le habría pasado seguro. ¿Habría vuelto a adelantar Lando? Me gustaría pensarlo, pero prefiero no haberlo tenido que comprobar”.

Ese ejemplo, según Brown, sirve para entender que 24 carreras pueden decidirse por siete décimas. Y por eso, por muy dulce que sea el presente, no quieren bajar la guardia.

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Mientras tanto, en el paddock, pocos se atreven ya a cuestionarlo: Lando Norris es el gran favorito al título. Tiene el coche, el ritmo, el impulso… y ahora incluso el aura. McLaren ya celebró el campeonato de constructores y el de pilotos parece un trámite lógico. Y aunque siempre lo han negado, no son pocos los que ven a Norris como el hijo predilecto del equipo. Algunas órdenes de equipo esta temporada —si bien justificables— han dejado la sensación de que, llegado el momento, la balanza se inclinaba hacia él.

Con el triplete final Las Vegas–Qatar–Abu Dhabi a la vuelta de la esquina, y con un Piastri desinflado y un Verstappen ya más lejos que nunca, McLaren tiene la oportunidad de oro que lleva más de una década esperando.

Pero Zak Brown no quiere sonrisas vacías. Quiere concentración. Quiere precisión. Quiere evitar ese cero que, en Fórmula 1, nunca está demasiado lejos. Porque, como él mismo recuerda, un Mundial también puede perderse por siete décimas.

Y en McLaren no quieren que la historia se repita.

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