Había quien dudaba de Oscar Piastri. Es normal: aterrizar en una McLaren hundida en 2023, con un coche nervioso y un Lando Norris convertido ya en institución, no era precisamente la receta para un debut tranquilo.
El australiano salió de aquel año con cicatrices —97 puntos frente a los 205 de su compañero—, pero también con destellos de piloto grande. Y lo que entonces parecía un proyecto a largo plazo se ha convertido, en 2025, en la historia de una transformación.
Hoy, a falta de tres carreras, Piastri sigue vivo en el Mundial. Lejos, sí —24 puntos son una montaña frente a un Norris maduro y afinado—, pero vivo. Y, sobre todo, cambiado.
Su temporada ha tenido un tramo final pobre, su peor versión desde Azerbaiyán hasta Brasil, pero aun así el australiano se muestra más convencido que nunca de su nivel. Lo ha dicho en el podcast F1 Beyond the Grid, donde ha dejado claro que su evolución ya no es una promesa: es un hecho.
“Todo ha hecho clic este año”, resume.”Hay carreras difíciles, pero todo fluye mucho más naturalmente”. El contraste con sus dos primeros cursos es evidente. En 2023 aprendió “por las malas”, en 2024 encontró la estabilidad, y en 2025, cuando tocaba dar el golpe, lo dio.
“En mi primer año aprendí muchas cosas por las malas. Este año siento que lo he podido juntar todo“, explica. Y lo cierto es que eso se ha visto en pista: lideró el Mundial durante 15 carreras, ganó con autoridad cuando el coche estaba de su lado y, durante buena parte del año, fue el piloto que muchos veían como el verdadero favorito.
Piastri revala que la clave está en la confianza
Foto de: Andy Hone/ LAT Images via Getty Images
Pero no, Piastri no cree en recetas mágicas ni en epifanías de madrugada. “No ha habido una clave mágica. Ha sido mejorar pequeños detalles: conducción, trabajo con los ingenieros, mentalidad, forma física…“. Un proceso casi quirúrgico, paso a paso, que ha desembocado en algo más importante que un resultado: confianza real.
“Ahora confío en que, si doy mi mejor versión, será suficiente para ganar. Esa confianza me ha ayudado mucho”, confiesa. Y esa frase explica más de 2025 que cualquier análisis técnico: por fin siente que él también está hecho para esto, para ser campeón, no solo acompañante de un aspirante.
La presión, que tantas veces ha devorado talentos, aquí parece gasolina. “Creo que la presión es un privilegio. Si no hay presión, o no te importa lo que haces o no estás peleando por algo que valga la pena“. Ese es el nuevo Piastri: incómodo por naturaleza, competitivo por necesidad. “Prefiero estar incómodo y luchar por un Mundial que intentar rascar unos pocos puntos“, afirma, en un mensaje que parece un dardo al Piastri de 2023… y también a esa parte del paddock que aún le exige demostrar más.
El australiano lo deja claro: su sitio está arriba, aunque duela.
“Si estás demasiado cómodo, probablemente no te estás esforzando lo suficiente. La F1 es un negocio duro y tienes que aceptar la incomodidad“.
Y sí, puede que pierda este Mundial. Puede que los errores del tramo final le cuesten un título que parecía suyo. Pero Piastri, por primera vez, habla y suena como un piloto que sabe que llegará.
Porque en 2025 no solo ha ganado carreras. Ha ganado una versión de sí mismo que da miedo.
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