Nueva York.– El lanzador dominicano Emmanuel Clase, figura estelar de los Cleveland Guardians, enfrentó este jueves un momento decisivo al comparecer ante un tribunal federal en Brooklyn, donde fue formalmente acusado de participar en un esquema de sobornos relacionado con apuestas deportivas durante juegos de Grandes Ligas.
Clase, de 27 años, escuchó los cargos asistido por un intérprete y se declaró no culpable de todas las imputaciones. Según la fiscalía, el pelotero habría recibido miles de dólares de dos apostadores dominicanos para alterar lanzamientos en tiempo real, afectando el resultado de apuestas en vivo. Dichas maniobras, asegura la acusación, generaron cerca de 460 mil dólares en ganancias ilícitas para los involucrados.
Acusaciones y riesgos legales
Los fiscales detallaron que Clase está acusado de:
Cada uno de estos delitos podría conllevar penas de hasta 20 años de prisión, dependiendo del fallo del tribunal.
El lanzador fue detenido en el aeropuerto JFK tras llegar desde República Dominicana, aunque logró obtener libertad condicional luego de pagar una fianza de 600 mil dólares, entregar su pasaporte y aceptar un monitoreo por GPS. Sus movimientos quedan restringidos a Nueva York y Ohio, y tiene prohibido cualquier vínculo con apuestas mientras dure el proceso judicial.
Su abogado, Michael Ferrara, destacó que Clase se presentó de forma voluntaria en Estados Unidos para enfrentar los señalamientos y sostuvo que el jugador está “comprometido a demostrar su inocencia”.
Contexto del escándalo y respuesta de MLB
El caso también involucra al lanzador Luis Ortiz, compañero de equipo, quien se declaró inocente un día antes bajo cargos similares. Ambos permanecen bajo licencia administrativa con sueldo, mientras la Major League Baseball (MLB) conduce su propia investigación.
Como respuesta inicial, la MLB anunció que implementará nuevas restricciones en las apuestas por lanzamiento, una modalidad que, según expertos, habría permitido vulnerar los controles actuales.
Un caso que podría marcar precedente
La audiencia programada para el 2 de diciembre será clave para determinar la ruta procesal del caso, que podría convertirse en un precedente para los protocolos de integridad deportiva en las Grandes Ligas.
El expediente ha encendido alarmas sobre el impacto creciente de las apuestas deportivas en el desempeño y la conducta de jugadores profesionales, un fenómeno que ha ganado terreno desde la legalización de las apuestas en EE. UU. en 2018.