Raeldo López visibiliza crisis de cierre de negocios en República Dominicana

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Los gobiernos publican cifras cuando hay crecimiento, pero cuando las cosas van mal, conocer los números se vuelve una tarea para expertos en investigación.

Tras un video viral donde el actor y empresario Raeldo López anunció el cierre del Teatro Chao y de su negocio de comida en junio —explicando que mostraría cómo se cierra un negocio en República Dominicana e invitando a otros emprendedores quebrados a contar sus historias—, FVDigital investigó cuántos negocios han cerrado realmente en el último año.

Los datos de cierres no están disponibles con la misma facilidad que los de crecimiento. Sin embargo, cruzando fuentes oficiales como la Oficina Nacional de Estadística (ONE), la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), la Cámara de Comercio, la Tesorería de la Seguridad Social (TSS) y el Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS), se puede obtener al menos un bosquejo del país real: uno donde miles de emprendedores ven sus sueños derrumbarse cada año, en medio de un mercado con pocos empleos de calidad y un discurso oficial que invita a ‘formalizarse’ y ’emprender’ todos los días.

No existe una cifra oficial pública que diga exactamente cuántos negocios han cerrado este año en República Dominicana. Pero sí hay datos que, cuando se comparan, dejan ver el panorama completo.

De acuerdo con la Oficina Nacional de Estadística (ONE), en 2024 había registradas unas 120 mil empresas formales en el país. A primera vista, el número parece bueno: la cantidad total creció ligeramente respecto al año anterior. Pero detrás de ese dato optimista hay otra realidad.

La misma ONE señala que más de 31 mil empresas estaban en ‘cese de operaciones’, es decir, dejaron de funcionar, más de 8 mil estaban en proceso de cierre, y unas 5 mil habían desaparecido completamente. En total, una de cada cuatro empresas formales estaba atravesando alguna etapa de cierre o inactividad.

El golpe más fuerte lo sufren las micro y pequeñas empresas, que representan más del 90 % del tejido empresarial dominicano. Son las que más se ven afectadas por los altos costos, la burocracia, los impuestos y la falta de estabilidad económica.

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Por otro lado, la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) y la Tesorería de la Seguridad Social (TSS) reflejan que el número de empresas registradas y cotizantes se mantiene estable o incluso aumenta, pero eso no significa que todo esté bien. Lo que ocurre es que por cada nuevo negocio que abre, hay otro que cierra, especialmente en sectores como la comida, el entretenimiento, el comercio minorista y los servicios.

En República Dominicana se habla mucho de ’emprendimiento’, pero muy poco de las condiciones reales que enfrenta quien decide montar un negocio. Se promueve la formalización, se crean programas de apoyo y se anuncian ferias, pero el emprendedor promedio sigue solo frente a alquileres altos, energía cara, impuestos que no perdonan y trámites interminables. Cuando el negocio no sobrevive, lo que queda es deuda, frustración y silencio.

Cerrar un negocio en este país puede ser tan difícil como abrirlo. Muchos descubren, ya en el proceso, que no hay una ventanilla única que los acompañe, que el sistema es lento para dar de baja y rápido para cobrar, y que el fracaso, en vez de verse como parte natural del ciclo económico, se trata como una vergüenza.

Por eso el gesto de Raeldo López no es menor: ponerle rostro y voz a una realidad que miles viven en silencio. Mostrar que detrás de cada puerta que se cierra hay familias, esfuerzos y sueños que se apagan no por falta de talento, sino de oxígeno económico.

El país necesita cifras, sí, pero sobre todo necesita empatía y políticas reales. Porque emprender no debería ser un salto al vacío, sino una apuesta con red.

**REDACCIÓN FV MEDIOS**