FVDigital, Santo Domingo.- Pese a las declaraciones de la ministra de Interior y Policía, Faride Raful, quien afirmó que “en el país hay seguridad y control”, la realidad en el Gran Santo Domingo y San Cristóbal refleja un panorama marcado por el miedo y la violencia, a menos de un mes del doble sueldo que otorgarán gobierno y empresas privadas.
En San Cristóbal, al menos tres comerciantes han sido asesinados en lo que va de año durante asaltos a mano armada. Las autoridades han militarizado calles principales para contener la ola de crímenes.

Las zonas con mayor incidencia delictiva incluyen los barrios Las Flores, Jeringa, 5 de Abril, Moscú, David, Cambita, Madre Vieja, así como el municipio Bajos de Haina y la autopista 6 de Noviembre.
Moradores atribuyen la situación a la falta de oportunidades laborales para jóvenes, deterioro educativo y ausencia de patrullaje constante. La destitución del coronel Frank Durán Mejía como comandante policial habría creado un vacío operativo.
El asesinato del comerciante Ángel Luis Abad (Papá Retro), de 35 años, baleado frente a su tienda deportiva en Lavapiés durante un asalto en agosto, consternó a la población. “Llegaron unos muchachos en un motor, le quitaron la cadena y le dispararon”, relató un testigo. Los sospechosos fueron identificados pero no apresados.
En el Gran Santo Domingo, comerciantes y residentes denuncian incremento de atracos, robos y homicidios, principalmente en horario nocturno.
Comunitarios piden al Gobierno mayor patrullaje, control de motocicletas sin registro, depuración de agentes y programas sociales que ataquen causas estructurales como desempleo y pobreza.
“Las palabras de seguridad no bastan, la gente quiere poder salir de su casa sin miedo”, expresó un comerciante.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**



