Tres miembros del clan considerado como ‘el más endogámico’ de Estados Unidos fueron retirados de su deteriorada propiedad en Virginia Occidental por funcionarios estatales, según informaron familiares al Daily Mail, quienes atribuyen esta medida a los videos virales que convirtieron a la familia en un fenómeno de internet.
Los servicios de protección de adultos del estado se llevaron a Ray Whittaker, de 72 años; a su hermana Lorene, de 79; y a su sobrino Timmy, de 46, de la propiedad familiar en el pueblo de Odd durante el mes de septiembre.
Betty, de 73 años, y Larry, de 69, hermanos de los afectados, declararon al medio que fueron dejados atrás sin explicación y que no han tenido contacto con sus seres queridos desde entonces.
“Dijeron que los estaban ayudando, y que ya no podían vivir aquí”, afirmó Betty. “Los extraño mucho, yo los crié”.
Larry señaló que a la familia no se le ha informado sobre el paradero de los tres retirados. “He estado en casa, esperando una llamada telefónica, pero eso es todo lo que sé. No han llamado ni me han informado nada”, declaró. “No nos dirán dónde están”.
Funcionarios del Departamento de Servicios Humanos de Virginia Occidental confirmaron al Daily Mail que estaban “al tanto de la situación” pero declinaron discutir el caso, citando leyes de confidencialidad.
La endogamia de los Whittaker se remonta a más de un siglo atrás a un único matrimonio entre dos grupos de primos descendientes de hermanos gemelos idénticos, lo que generó un severo aislamiento genético en la familia.
La familia alcanzó notoriedad pública después de que un documental de YouTube en 2020, filmado por el documentalista Mark Laita, expusiera el alcance de sus condiciones y discapacidades. El video atrajo decenas de millones de visitas, convirtiendo al clan en símbolo de la pobreza rural y la fascinación voyerista.
Vecinos afirmaron que buscadores de curiosidades aparecían regularmente en la propiedad para filmar o tomar fotos. Larry expresó al Mail su convicción de que la tormenta de redes sociales ayudó a desencadenar la intervención estatal.
“La gente ahí fuera gana dinero con ellos [los videos], y a ellos no les gusta”, dijo refiriéndose a los servicios de protección. “Nos dijeron que no habláramos con nadie. Nos están vigilando”.
Cuando periodistas visitaron la cabaña recientemente, encontraron a Betty y Larry todavía viviendo en condiciones precarias, con frijoles y salchichas cocinados dejados sobre una estufa de gas mientras insectos se arrastraban sobre los mostradores.
En el interior, el calendario permanecía detenido en marzo. En el exterior, toallas colgaban de un tendedero improvisado y esqueletos de Halloween se balanceaban en el porche junto a montones de basura, llantas viejas y latas de cerveza.
La propiedad de los Whittaker incluye un gallinero derrumbado, varias casas rodantes descompuestas y una sola letrina.
“Dijeron que los estaban ayudando, y que ya no podían vivir aquí”, repitió Betty, mirando hacia el camino de tierra donde se llevaron a sus familiares. “Los extraño mucho, yo los crié”.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**