El draft de la NBA de 2018 será recordado como una de las clases más profundas y talentosas de todos los tiempos. Entre sus destacadas selecciones estuvieron Luka Doncic (tercero), Shai Gilgeous-Alexander (11°), Jalen Brunson (33°), Trae Young (quinto), Jaren Jackson Jr. (cuarto) y Mikal Bridges (décimo).
En su momento, Michael Porter Jr. era considerado el prospecto más prometedor, proyectado universalmente como la primera elección del draft. Sin embargo, una lesión de espalda durante su primera aparición con Missouri lo limitó a solo tres partidos universitarios, obligándolo a someterse a una cirugía de disco espinal.

Porter cayó hasta el puesto 14 —mientras los fanáticos de los Knicks suplicaban que su equipo lo seleccionara en lugar de Kevin Knox en la novena posición— y posteriormente necesitó otra cirugía de espalda que lo mantuvo fuera de toda su temporada de rookie en la NBA.
Más de siete años después de ser la última elección de la lotería, el ala-pívot de 2.08 metros está asumiendo por primera vez un rol protagónico. “Puedes ver el crecimiento”, afirmó el entrenador de los Nets, Jordi Fernandez, antes de la derrota 125-107 del viernes ante los Pistones. “Necesitamos que siga creciendo”.
Porter, quien anotó 28 puntos contra Detroit —máximo del equipo—, tuvo la fortuna de aterrizar en Denver junto a Nikola Jokic, el trivalorado MVP con una visión y desinterés históricos.
Durante seis temporadas, Porter recibió lanzamientos abiertos en posiciones ideales —convirtiendo más del 40% de triples en su carrera— y desempeñó un papel crucial en el equipo campeón de los Nuggets en 2023, recuperando balones y aprovechando su envergadura.
Aunque fue pagado como estrella —con una extensión de $172 millones en 2021—, disfrutaba de la libertad de jugar junto a Jokic y Jamal Murray, sin la presión de ser el principal creador.
En Brooklyn, Porter —adquirido en un intercambio que incluyó a Cam Johnson— se encuentra ahora en el centro de atención. Con 27 años, es el veterano en el equipo más joven de la liga, al que se le exige más que nunca, impulsado al rol que se esperaba ocupara hace mucho tiempo.
Al comenzar el partido del viernes, Porter promediaba números récord en su carrera: 22.4 puntos, 8.4 rebotes y 3.0 asistencias. Sus 18.3 intentos de campo por juego representaban casi cinco más que su máximo anterior.
No obstante, esta mayor carga ofensiva y la atención defensiva concentrada en él han resultado en los porcentajes más bajos de su carrera en tiros de campo (46.9%) y triples (33.9%), además de un récord en pérdidas (2.4).
“Es desafiante”, admitió Fernandez. “La intensidad con la que está jugando es diferente. El contexto anterior era distinto, no mejor ni peor… Ahora toca más el balón. Sus pérdidas aumentaron, así que debe trabajar en eso. Valoro sus intentos de triple porque atrae mucha atención y abre espacios para sus compañeros. Solo quiero que tome buenos tiros, porque eventualmente caerán. Es uno de los mejores tiradores del mundo”.
“No te conviertes en líder y veterano de la noche a la mañana. Le estamos pidiendo a Mike [junto con Nic Claxton] que sean los referentes en la cancha. Son profesionales y responsables, pero están obligados a madurar rápidamente”.
La importancia de Porter seguirá creciendo, especialmente tras la lesión de isquiotibiales que mantendrá fuera varias semanas a Cam Thomas, el segundo máximo anotador del equipo.
“Voy a esforzarme para manejar una carga mayor a la que estaba acostumbrado”, declaró Porter la semana pasada. “Siempre he sido alguien que se adapta a las circunstancias… Conforme avance la temporada, me sentiré más cómodo descubriendo cómo obtener buenos tiros contra defensores élite. Será un proceso de crecimiento continuo”.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**


