Sensaciones que recuerdan a las de hace unas semanas, en aquella clasificación sprint de Austin en la que Ferrari decepcionó las expectativas, quedando a más de ocho décimas de la pole position y, sobre todo, con el temor de que ni siquiera la reapertura del parque cerrado después de la sprint pudiera cambiar el rumbo del fin de semana. En aquel caso, sin embargo, varios factores ayudaron a revertir la situación hasta lograr subir al podio.
El fin de semana brasileño en São Paulo parece haber comenzado de la misma forma, como una mala fotocopia. El octavo puesto en la parrilla de salida para la sprint del sábado por la mañana, con una desventaja de poco menos de cinco décimas respecto a la pole, lo confirma; no tanto por el resultado en sí, sino por todo lo que lo rodea.
Al hablar tras el final de la clasificación sprint, Charles Leclerc explicó que el problema, más allá de la falta de rendimiento, como ya había quedado claro al final de la SQ1 con un mensaje por radio bastante revelador, es que las sensaciones al volante del SF-25 no son malas. De hecho, todo lo contrario: el coche se comporta bien en cuanto a feeling.
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“No estoy contento. El coche hoy era muy, muy lento. No parecía tan malo, pero somos lentos. Así que tenemos algo en lo que trabajar y tratar de mejorar para mañana“, explicó Leclerc al término de la clasificación, dejando claro que el problema no es la falta de sensaciones, sino la carencia de rendimiento puro.
Unas palabras que recuerdan mucho a las que pronunció después de la clasificación sprint de Austin, quizás con la esperanza de que el desenlace sea similar, aunque persiste la incógnita meteorológica que podría influir de forma importante en el resto del fin de semana. Analizando en detalle qué no ha funcionado hoy, el coche rojo ha sufrido un poco en todas partes, y eso probablemente sea la señal más preocupante.
Cuando falta rendimiento en cada parte de la vuelta, suele significar que no hay un único aspecto principal en el que trabajar, sino muchos pequeños detalles distintos. Cierto es que la bajada de temperatura en clasificación respecto a los Libres 1, y el hecho de haber seguido un programa diferente —rodando solo con el compuesto más duro, sin probar siquiera el medio—, pueden haber afectado, pero queda mucho trabajo por delante.
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El equipo del Cavallino eligió un reglaje con más carga aerodinámica de cara a la clasificación, quizá pensando también en la lluvia prevista para mañana, pero el problema de fondo es que no logra recuperar en las zonas lentas —donde rueda con más carga— lo que pierde en las rectas.
“Mi vuelta en la SQ3 fue bastante buena. Por desgracia, tuve un problema con una reducción de marcha que no se realizó. Nos costó alrededor de una décima y media. No habría cambiado mucho, pero quizá podría haber terminado séptimo. Hasta ahora, ha sido un fin de semana difícil”, añadió el monegasco.
De cara al resto del fin de semana, la esperanza es que la reapertura del parque cerrado pueda ayudar al equipo a recuperar algo de competitividad, tal y como ocurrió en Austin, cuando algunos cambios —tanto técnicos como en los procedimientos— devolvieron vitalidad al SF-25. Sin embargo, Leclerc duda que ese escenario pueda repetirse, también porque las condiciones meteorológicas son inciertas, lo que dificulta encontrar una dirección clara para ajustar el coche de la mejor manera posible.
“Nada me hace pensar que estemos desorientados en términos de puesta a punto. Así que probaré algo, aunque no estoy seguro de si será mejor o peor”, añadió Leclerc, subrayando que, por ahora, cree que no hay nada incorrecto en el setup. Al monegasco le espera un fin de semana cuesta arriba.