El geólogo Osiris de León advirtió que la República Dominicana no está preparada para enfrentar un evento similar al tsunami del 4 de agosto de 1946, cuando un terremoto de magnitud 8.1 generó una ola devastadora que afectó gran parte de la costa norte del país.
Según explicó el especialista, aquel fenómeno provocó el levantamiento del fondo marino en la Bahía Escocesa, generando una gran masa de agua que destruyó la comunidad de Matanzas (actualmente Matanzitas) y causó afectaciones en Nagua, Cabrera, Abreu, Río San Juan, Las Terrenas, Las Galeras, Samaná, Miches y Sabana de la Mar.

En declaraciones al periódico Hoy, De León recordó que aquel episodio tuvo un impacto significativo en la zona costera, y alertó que las condiciones actuales presentan un escenario más complejo debido al aumento poblacional y al desarrollo urbano en las franjas litorales. Destacó que actualmente existen numerosas viviendas, comercios y carreteras próximas al mar, sin contar con infraestructura o señalización adecuada para responder ante una eventual emergencia de esa magnitud.
El geólogo puntualizó que los cuerpos de bomberos y las entidades de socorro de la región no disponen del entrenamiento ni de la capacidad técnica requerida para actuar de manera efectiva ante un tsunami. También señaló la ausencia de un programa sostenido de educación sísmica que instruya a la población sobre cómo proceder frente a una alerta o evacuación preventiva.
Asimismo, explicó que la línea de contacto entre las placas tectónicas de Norteamérica y el Caribe continúa acumulando suficiente energía, lo que podría generar en cualquier momento un nuevo movimiento sísmico de gran intensidad. Por tal razón, insistió en la necesidad de tomar medidas preventivas que reduzcan los riesgos y permitan una mejor respuesta institucional y ciudadana.
Entre las sugerencias planteadas, De León recomendó establecer señalizaciones topográficas que indiquen la cota de 10 metros sobre el nivel del mar como punto de referencia para la seguridad de los habitantes. También propuso la construcción de estacionamientos elevados a intervalos regulares en las zonas costeras para facilitar evacuaciones rápidas en caso de emergencia.
El especialista sugirió además incorporar la educación sísmica en los programas de enseñanza primaria y secundaria, de modo que las nuevas generaciones desarrollen una cultura de prevención ante fenómenos naturales. Igualmente, planteó incluir estudios de riesgo en todos los proyectos sometidos al Ministerio de Medio Ambiente, especialmente en aquellos que se desarrollen cerca del litoral.
De León recordó que, entre los años 1562 y 2021, el territorio dominicano ha experimentado al menos diez grandes movimientos sísmicos, varios de los cuales ocasionaron tsunamis, como el registrado en 1842 que impactó Cabo Haitiano, Manzanillo y Montecristi. Ante ese panorama histórico, subrayó que la prevención, la planificación territorial y la educación pública resultan indispensables para reducir los efectos de futuros fenómenos naturales que puedan afectar a la nación.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**


