La madrastra de Connecticut, acusada de encerrar a su hijastro en condiciones insalubres durante dos décadas, regresó a los tribunales para solicitar que se revele la identidad secreta del joven, una petición que la madre biológica calificó como “espantosa”.
Kimberly Sullivan, de 57 años, compareció ante un tribunal de Waterbury para impugnar la solicitud fiscal de mantener en secreto la nueva identidad del hombre de 32 años, medida que el estado considera necesaria para su protección.
Sullivan rechaza los argumentos estatales y alega tener derecho a confrontar al hombre que la acusa de haberlo mantenido encerrado en un armario de almacenamiento 22 horas diarias desde los 11 años.

“Creemos que no existe justificación alguna para proteger al acusador de mi cliente. De hecho, mi cliente tiene derecho a enfrentar a su acusador en un ámbito público”, declaró Ioannis Kaloidis, abogado de Sullivan, según NBC Connecticut.
El hijastro adoptó una nueva identidad tras ser rescatado de un incendio en su vivienda de Waterbury en febrero, siniestro que admitió haber provocado intencionalmente para escapar del control de su madrastra. Desde entonces, se le conoce públicamente bajo el seudónimo “S”.
Al momento de su rescate, el joven pesaba apenas 68 libras (aproximadamente 31 kg) y posteriormente relató un calvario que incluyó ser retirado de la escuela en su infancia, sufrir hambre, ser privado de agua y solo poder abandonar su habitación entre una y dos horas diarias para realizar tareas domésticas.
Tracy Vallerand, de 53 años, madre biológica del afectado y asistente habitual a las audiencias judiciales desde el rescate de su hijo, calificó de “repulsivos” los intentos de Sullivan por confrontarlo.
“Necesitan mantener lejos de mi hijo a esa persona”, afirmó Vallerand al Post. “Resulta espantoso que incluso se atrevan a plantear semejante solicitud”.
Vallerand explicó que confió la custodia de su hijo al padre tras la separación de la pareja debido a “problemas personales en aquel momento”, convencida de que su ex pareja y su familia ofrecerían el mejor entorno para el niño, aunque jamás imaginó los “hechos repugnantes” que presuntamente sufrió.
El equipo legal de Sullivan, no obstante, sostiene que el padre —fallecido hace un año— era el responsable principal de la crianza del menor, argumento que Vallerand tildó de “excusa predecible”.
Sullivan obtuvo su libertad tras pagar una fianza de 300.000 dólares pocos días después de su arresto en marzo, aunque permanece bajo vigilancia GPS y con prohibición de contacto o aproximación a su hijastro.
A principios de mes, un juez autorizó a Sullivan regresar a la vivienda donde ocurrieron los presuntos abusos, pese a que la propiedad quedó en ruinas tras el incendio.
La acusada también ha solicitado la retirada del monitoreo GPS y que se impida a su hijastro participar en las condiciones de su libertad, además de prepararse para impugnar una moción fiscal que busca mantener confidenciales los registros médicos del joven.
Los abogados de Sullivan consideran la información médica “crucial para su defensa”, recordando que Kaloidis había señalado previamente que el hijastro “siempre tuvo dificultades para ganar peso desde la infancia”.
Sullivan enfrenta cargos por secuentro, restricción ilegal y otros delitos relacionados con abusos, todos los cuales ha negado.
Vallerand, por su parte, espera que de ser declarada culpable, Sullivan “reciba el mismo trato que infligió a su hijo”, expresando: “Ojalá consideren confinarla en aislamiento durante los próximos 20 años, igual que ella hizo con mi hijo”.
Los representantes legales de Sullivan desestimaron las declaraciones de la madre biológica. “La Sra. Vallerand es tan irrelevante para los hechos de este caso como lo ha sido en la vida del acusador”, afirmó Kaloidis al Post antes de la audiencia del viernes.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**


