El anuncio de la Administración del Seguro Social sobre un aumento del 2.8% en los beneficios para 2026 fue inmediatamente criticado por grupos defensores de personas mayores, quienes calificaron el incremento como insuficiente para compensar el alza en los costos de alimentos, vivienda y atención médica.
La SSA indicó que este ajuste por costo de vida (COLA) aumentará los pagos mensuales promedio en aproximadamente $56 a partir de enero, beneficiando a cerca de 71 millones de estadounidenses que reciben cheques de jubilación, discapacidad e ingreso suplementario.

“El COLA 2026 va a doler para las personas mayores”, afirmó Shannon Benton, directora ejecutiva de la Liga de Ciudadanos Mayores no partidista. “Año tras año, advertimos que estos aumentos miserables del Seguro Social no serán suficientes”.
Benton reveló que investigaciones de su organización indican que casi uno de cada diez estadounidenses en edad de jubilación vive en pobreza, y advirtió: “Ya es hora de que nuestros representantes electos se presenten para las personas mayores, o de lo contrario las personas mayores no se presentarán para ellos en las urnas”.
El modesto incremento del 2.8% contrasta con el reporte de la Oficina de Estadísticas Laborales, que registró precios 3% más altos en el último año, impulsados por los persistentes costos de vivienda y atención médica.
Analistas explicaron que esta discrepancia se debe a la metodología gubernamental para calcular el COLA, basada en el Índice de Precios al Consumidor para Asalariados Urbanos y Trabajadores Administrativos (CPI-W). Los críticos argumentan que esta fórmula subestima cómo la inflación afecta específicamente a los jubilados.
“Los estadounidenses mayores gastan más en atención médica y productos esenciales que aumentan más rápido que la inflación promedio”, sostuvo Benton, quien aboga por cambiar al CPI-E, una medida diseñada para capturar los hábitos de gasto de las personas mayores. Su grupo también exige un ajuste anual mínimo del 3%.
En defensa del cálculo, el comisionado del Seguro Social, Frank Bisignano, afirmó que el ajuste anual “es una forma en que estamos trabajando para asegurarnos de que los beneficios reflejen las realidades económicas actuales y continúen proporcionando una base de seguridad”.
El anuncio, retrasado más de una semana debido al cierre gubernamental que paralizó los datos de inflación de septiembre, se produce en un contexto de creciente presión financiera para el Seguro Social. Pronósticos previos advierten que el fondo fiduciario de jubilación podría agotarse en siete años, lo que desencadenaría recortes automáticos de beneficios de hasta el 24% si el Congreso no interviene.
Economistas coinciden en que, aunque el aumento del 2.8% se alinea con el promedio de la última década (3.1%), no refleja la magnitud del incremento en los costos que enfrentan los jubilados en años recientes.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**


